Reparito, 08/02/2009
Implosión
Improperios.
Retraso.
De nunca acabar.
Cada ladrillo era una vida. Días de inmortalidad para aquellos hijos del barro; colocados casi al milímetro de perfección, en un mundo latido de frecuencias con atrasos; ellos temen por su existencia, mundos de terremotos a diario. La mezcla que los une a veces es chicle, dilata y contrae siempre en extremos. Hoy podemos decir que ellos están a salvo, la hermandad cebadora de mates es hija de algún termo siempre dispuesto a erosionar aquellos sismos que despiertan cualquier escala. Pero no asemejarse, el día que choque ese termo contra aquel ladrillo habrá implosión, y las esquirlas no lastimarán a los ya curados.
Retraso.
De nunca acabar.
Cada ladrillo era una vida. Días de inmortalidad para aquellos hijos del barro; colocados casi al milímetro de perfección, en un mundo latido de frecuencias con atrasos; ellos temen por su existencia, mundos de terremotos a diario. La mezcla que los une a veces es chicle, dilata y contrae siempre en extremos. Hoy podemos decir que ellos están a salvo, la hermandad cebadora de mates es hija de algún termo siempre dispuesto a erosionar aquellos sismos que despiertan cualquier escala. Pero no asemejarse, el día que choque ese termo contra aquel ladrillo habrá implosión, y las esquirlas no lastimarán a los ya curados.
2 comentarios:
Mauricio. Me gustó la imagen, la forma de ejemplificar.La argamasa se asemeja a un chicle, es verdad,
creo que el mundo se asemeja. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.
Gracias por tu comentario.
Visualmente significativa tu implosión, cumpa Mauri. TODO, pero "en un mundo latido de frecuencias con atrasos"; buen toque en la forma artística con ese 'latido' disfrazado de adjetivo.
Abrazo y cuidate mucho.
Juanca.
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