Esta tierra
Desde el límite imperceptible del destierro,
un hilo entreteje las horas cargadas de amnesia.
Un telón transparente
intenta tapar lo que se muestra, esconder lo absurdo , lo evidente.
Hay marcas,
días perdidos en un almanaque sin sorpresas,
todos están pintados de negro.
Sin domingos, sin festejos.
Huella que recoge la lágrima
mueca que intenta encoger los hombros para que no se note.
El punto específico,
dolor que grita
que nombra
que estalla.
Un fusil apuntando en el medio, debajo del latido.
Punto bermellón que inunda la fe en uno mismo. Allí empieza
el desarme del camino y como un títere sin hilos,
se nos caen, una a una,
esperanzas,
ilusiones
y ólo queda esta sensación de no pertenencia,
sabor acre que se escapa de la palma de la mano y se deshace.
Entonces lo llamamos destino.
Al querer acaparar y retenerlo
hay uñas que se clavan en las palmas
entonces entendemos.
Esta tierra ya no nos pertenece.
Poema precioso que enseguida voy a traducir al catalán. me ha dejado prendado.
ResponderEliminarBeso.
Pere
Gracias Peré, siemprfe es un honor ser traducida por tu mano. Un abrazo. Marta Julia Ravizzi
ResponderEliminarMartita: una alegría encontrarte en ésta Revista y, por supuesto, poder leer -una vez más- un hermoso poema de tu factura. Un abrazo enorme,
ResponderEliminar