RAÍCES
Estoy muda y
expectante en esta tierra que me aferra a mis raíces para que pueda parir un nuevo giro en la historia de mi vida.
Quiero crecer,
salir, volar, mas no puedo. Me sumerjo
cada vez más en la herida que va dejando la tierra abriéndose como volcán
erosionado por el tiempo, aunque latente
en su instinto.
Me atrapa, me hacer
gozar sintiendo el aire cálido sobre mi rostro que sólo queda afuera para
hacerme saber que no soy de ningún lado, que no pertenezco a nadie, que todo
depende sólo de mí y del esfuerzo para quedarme o salir.
La decisión es
importante como lo son estos anclajes que impiden me mueva con la soltura que
mi sangre necesita.
Me siento débil por momentos, mas por otros me doy cuenta que mi instinto está
buscando fuerzas para dar el gran salto, para desprenderme de este lugar, de
este pozo profundo, negro, que me deja solitaria y asida a un mundo donde las raíces son el fruto de
amores nómadas e inciertos, donde todos vienen a dejar sus nombres sin importarles ni lastimarme ni
hacer de mí esta imagen sangrante que hoy soy.
Mi cuello al viento
significa el trampolín donde saltaré al infinito para llevar a cada uno esta
voz que enronquece con el aire y se dulcifica con el sol.
Que necesita de una mano que lo tome, lo acaricie,
lo haga sentir que puede seguir viviendo sin pedir permisos ni licencias, sino
basándose en su empuje, en su fuerza, en su necesidad de alas concretas y no
sólo imaginarias.
Los molinos del
pensamiento giran a mi alrededor y tomando su viento entre mis manos me podré ir con él surcando cielos y cantando
felíz una dulce canción de libertad.
martaelenadiaz@hotmail.com
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