jueves, 25 de abril de 2013

Emilia Marcano Quijada-Venezuela/Abril de 2013

CICLOTÍMICA

Cuando intentas abrir tus cuadernos
hay un fragmento en mi que se rebela.
No me manipules
con tus amenazas de fiebre aftosa.
No es hora de caer en soliloquios
que tanto aburren a la espera.
Es simple,
determinante,
es fatal decirlo tantas veces:
No te quiero.
ya no me llenas, no me sonrojas,
ya no me excito con solo percibirte,
ya no se enciende un transistor
en mi cabeza
susurrándome canciones de amor
cuando te miro.
Eso ya se fue,
eso formó parte de la etapa
de cortejo de los batracios.
Ya no te llevo,
ya no estás pintado en los confines
de lo emotivo.
Ya no sueño ni me sueña nada tuyo,
ya no me asalta
una sospecha de nostalgias,
ni me retiene
el fatídico premio de un orgasmo,
ni una crisis histérica,
ni un intento de suicidio
al imaginarme desnuda ante la vida.
Tan ciclotímica he sido que
ni un capítulo de ti me desmadeja
porque sencillamente
has dejado de ser esencial,
has dejado de ser.
Ya no eres.
Ya no.
Ya.


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