ALMA DE PORCELANA
-“Despejado”-pensé-.
Por fin se fueron esos enanos entrometidos… Siempre revolviendo mis cosas. No
sé que esperan encontrar…Mis sobrinas deberían educarlos mejor-.
Al llegar al altillo descubrí que el tesoro
permanecía intacto, en su lugar de siempre. La caja estaba bien camuflada.
Año tras año, fui guardando con esmero cada una de estas
piezas. .. Las primeras, me las regaló mi padre. Luego me las ingenié para
conseguirlas a través de los avisos que salían en los diarios y, finalmente,
obtuve el resto contactándome por internet…
-Tía, ya nos vamos… ¿Estás bien?- grito Melina desde el
hall-.
- Sí, gracias- contesté-. Cierren bien la puerta cuando
salgan. El otro día robaron aquí enfrente…
El tiempo se
me pasó volando. Por la pequeña ventana de la mansarda se filtraban generosos
rayos de luna. Creí escuchar un ruido, pero, con el entusiasmo puesto en
ordenar las muñecas, no le di importancia.
Al levantar
la vista comprendí lo que sucedía… Aquel individuo encapuchado me miraba
fijamente. Estaba parado muy cerca de mí. Mi primera reacción fue abrazar mis
preciados objetos…
-¡Dale vieja, confesá donde tenés la guita!- aulló sacudiéndome del brazo-. Tenemos data precisa- agregó…
Me soltó bruscamente y, al hacerlo, se produjo la
tragedia...El estruendo de los pedazos
de porcelana al caer al suelo, sonó como un latigazo en mis oídos. Me enfurecí,
y sin pensarlo, empujé al tipo para atrás. Se tambaleó y cayó de espaldas. Lo
pateé con furia. Tanta, que la cabeza comenzó a sangrarle. Cuando logré salir
de mi estupor, comprobé que no se movía.
Algo de
ropa. Los documentos. Y mis niñas…Lo imprescindible… La noche guardaría mi
secreto…
Subí la pala a la camioneta junto con mi adorada carga, encendí el motor,
y arranqué.
Mientras me alejaba, por el viejo camino del
molino, pequeñas gotas de lluvia comenzaban a mojar el parabrisas… Las montañas, se iban alejando como mis sueños….
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