sábado, 23 de agosto de 2014

Edith Amiero-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2014

EL EGO


EL EGO ESTABA DE FIESTA
ENTRE HALAGOS Y SONRISAS,
SINTIÉNDOSE DUEÑO Y AMO
DE ABRAZOS Y DE CARICIAS.
PERO AL CORRER DE LOS TIEMPOS,
EL EGO FUE MARCHITANDO;
SIN SU GLORIOSA FRESCURA
SUPO  QUE YA NO PODRÍA,
POR MÁS ESFUERZOS QUE HICIERA,
RECUPERAR SU VALÍA.
EL HOMBRE SABIO Y DISCRETO
LE REGALÓ UNA SONRISA,
LE DIJO PALABRAS BUENAS
QUE FUERON COMO CARICIAS;
PERO EL EGO ERA INMADURO,
NO SUPO VER EL REGALO
Y SE ENCABRITÓ ORGULLOSO,
MIRANDO ENFADADO AL SABIO.
YA VEZ, EL EGO NOS DA
NADA QUE VALGA LA PENA,
Y ES CAPAZ DE DESPRECIAR
A LA BONDAD QUE SE ACERCA
MAS PAGARÁ ÉL SU PRECIO,
PORQUE NO SABE DE ENTREGA.
LA SOLEDAD ES SU DESTINO ;
SIN SIEMBRA  NO HABRÁ COSECHA

2 comentarios:

  1. Edith: muy buen planteo para el poema EL EGO. Es una verdad vista a diario. Mi saludo,

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  2. Edith; Coincido contigo. El ego no se sustenta en la sabiduría, sino en la soberbia, que es el equivalente de lo contrario de aquella; la ignorancia

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