HERMANADOS
Es 9 de Julio. Abro el diario para
enterarme de las noticias y hechos importantes de la jornada. Página principal,
titulares con la derrota de Brasil, un artículo sobre nuestra selección, la
nómina de los jugadores y la estrategia para el partido con Holanda a
realizarse a las 17. Sobre el
aniversario de nuestra Independencia, nada.
El televisor y la llovizna, mantienen solitarias
las calles. Chorriando frío, un cartonero apresura el paso mientras su vista
solo alcanza el reflejo del asfalto.
¿Ya empezó doña? No necesité que me explicara.
“Aún faltan diez minutos”. Sus pies, ya
no caminan, corren. El viento le roba diarios y cartones, él, no se inmuta,
sigue con la cabeza baja y la cintura doblada. Un vecino le alcanza una
medialuna. Hoy somos todos hermanos.
El partido ya empezó, como en los
anteriores, me pongo el pulóver azul. Me siento, me levanto. Toda vez que la
pelota cae en manos del adversario, de espalda al televisor, camino al porch.
Un silencio deprimente se ha adueñado de
la calle. La llovizna baila al compás de la brisa.
Un grito brotó de todos los
televisores. Habíamos hecho un gol. La gente salió a la calle. La multitud
empezó a correr, a las plazas, a los clubes, a besar al vecino más próximo, a
aquel al que nunca habían saludado, todos hermanados en ese grito “Goool”
Estamos en la final, el adversario es
de temer, mas el equipo no tiene miedo.
Sabe que puede. Nosotros también. Una
multitud acompaña con cánticos, banderas, pintadas celeste y blanco.
El partido está parejo. Hay tiempo
suplementario. Nuestro equipo lucha como leones. Faltan ocho minutos para los
penales. Y llega el gol, del adversario. Las caras se oscurecen. Llora sin
lágrimas el equipo.
Una marea humana camina las calles.”
El suelo empezó a ondular como si alguien avanzara serpenteando bajo la
tierra.” El obelisco abraza a la multitud. Las plazas y los clubes, colmados de
esa juventud que estrenó su primer mundial. Sólo banderas argentinas. Niños,
adultos, ancianos. Cantan, bailan, agradecen.
No,
no salimos segundos, me dijo un adolescente, somos subcampeones. Y yo agrego,
campeones de comportamiento, humildad y esfuerzo.
Lilia:
ResponderEliminarQue buena semblanza para guardar en el recuero, de que si podemos tener
actitud y comportamiento. Se aprende a través de los errores.
Esther Moro
Lilia: qué buena visión la del joven, positiva y real. Lo negativo también se atrae con el pensamiento y luego nacen las quejas. Un abrazo,
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