miércoles, 26 de noviembre de 2014

Isidoro Gómez Montenegro-México/Noviembre de 2014



Lluvia temprana


Tristes nubes abrazan el cielo.
Nos suspendemos sin caer
sobre la casa de sueño.
Umbría sombra
     proyecta lluvia estiva.
Conocemos el agua…
Tras luz votiva de silencio
cae perpendicular
     deja rastro,
hace historia;
hunde estrellas de mar e
     hipocampos.
Sitiados los pies…
Por la mañana
una sirena canta,
pulveriza a marineros y galeón.
Caudal de cifras,
temor de relámpago.
Valerosas vuelven las lluvias
inundando arrecifes y
playas centenarias.
Las nubes inventan el valor
para llenarnos de rubor
     hasta los huesos.
Ansían los pájaros
     rasgar el cielo.



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