“No se fía”
Estaba desconsolada por la negativa de él. Daba vueltas y
vueltas en la cama y no podía dormirme. Tenía que controlarme. Al fin y al cabo
la que se había hecho exageradas ilusiones había sido yo. Mi reciente
separación la había querido tapar rápìdamente con un nuevo amor y eso no es
tarea fácil. Por mis propios sentimientos, ya que – como dicen los
repitelugarescomunes – donde hubo fuego, cenizas quedan. Por los sentimientos
de este muchacho, al que elegí vaya a saber porqué, si de apurada, de
necesitada, por simpatía, su aparente interés en mi persona, o capaz que me
estaba enamorando de vuelta….pero…¿ y él ? quien era yo para obligarlo a
mirarme, a invitarme a salir, a gustarle
mi sonrisa o mi figura, aunque soy bonita, si obviamos que ahora estoy un poco
mas gordita y además debo usar aparatos auditivos por una incipiente sordera,
salvo eso nada más…ya sé que no soy la morocha, la mas agraciada, la mas
renombrada de esta cuadra, pero tampoco nadie puede decir que soy fiera, que
camino a lo malevo, que soy chueca y que me muevo, con un aire compadrón.
Pero…qué se yo, el rubio me mira todos los días con esos ojos almendra que te
envuelven ¿viste?...te besan, te desnudan. Y una, que no es de fierro, fui
entrando despacito y de vegetariana pasé a ser carnívora y entonces cada día me
invento un corte diferente; que la tortuguita, el ojo de bife del medio si es
posible, el peceto bien desgrasado, los chorizos bombón, por favor la paleta
sin hueso y de a poco la media res se me iba acabando y nada, nada, como si yo
no existiera, una más entre las jubiladas o abuelas o maduras sin sal o
jovencitas sin pimienta. Y mi invitación no aceptada a tomar un café. Por eso
mañana tomaré otra actitud…ya está decidido…ahora a dormirme.
En la carnicería había mucha gente. Yo distraída, sin
mirarlo. Me llamó la atención las señoras
calladas, malhumoradas. Era la última, nadie entró después. Cuando tocó
mi turno le digo a Ricardo…¿ qué pasa ?. Me miró haciendo un gesto hacia la que
salía, agregando… “quien las entiende…
ayer les avisé – como a usted - que el patrón había prohibido las libretitas
para anotar con tapas de hule negro y me dijo que informara que desde esta
semana no se fía”….
Tiré la bolsa de red al suelo, rodeé el mostrador de mármol
con vetas de sangre, patiné en el piso húmedo de madera tipo pallet y caí sin
querer queriendo en los brazos del rubio con aroma mezcla de Blue Seduction
Banderas y contagio de Mataderos , que me atajó con un “disculpe, no es necesario tanto apuro, ya le alcanzo el paquete,
espere que lo pese”…No te preocupes…atiné a exclamar…pago lo que vos
digas…¿ Sabés que ayer te entendí …no Sofía ?.
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