6 de enero
Cansado ya de zapatos
en esta noche sin tiempo ni
luna
te regalo mi seis de enero
yo ya no lo quiero
para que reyes y magos
para que mí tiempo eterno
si me tiemblan las manos de tanto
llorar tu pelo
te regalo mi seis de enero, mi siete de agosto
mi catorce de febrero
ya no necesito este instante de
luciérnagas desveladas
de risas que se caen al otro lado
del alma
ya no necesito un Dios que me
mienta tu cara
ni más piel que la que se quema
tejiendo la madrugada
te regalo mis días, mis cielos y mi nostalgia.
Anoche
anoche un niño lloraba.
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