sábado, 21 de mayo de 2016

Ascensión Reyes (Comentario libro)-Chile/Mayo de 2016





LA CASA DE ASTERION

DE JORGE LUIS BORGES
      (Buenos Aires, 1899 - Ginebra, Suiza, 1986) Escritor argentino considerado una de las grandes figuras de la literatura en lengua española del siglo XX. Cultivador de variados géneros, que a menudo fusionó deliberadamente. Jorge Luis Borges ocupa un puesto excepcional en la historia de la literatura por sus relatos breves. Aunque las ficciones de Borges recorren el conocimiento humano, en ellas está casi ausente la condición humana de carne y hueso; su mundo narrativo proviene de su biblioteca personal, de su lectura de los libros clásicos, y ese mundo libresco e intelectual lo equilibran los argumentos bellamente construidos, simétricos y especulares, así como una prosa de aparente desnudez, pero cargada de sentido, y de enorme capacidad de sugerencia.

LA CASA DE ASTERIÓN

COMENTARIO

      Interesante relato en la genial pluma de Jorge Luis Borges, basado en la historia del Minotauro, el Laberinto, Ariadna y Teseo.
      Para poder encontrar la interpretación cercana a lo que su autor pretendió, es necesario adentrarse en la mitología griega y entender las proyecciones de esta obra en la vida del escritor, quien contó desde temprana edad con un gran bagaje intelectual, siendo gran estudioso de los clásicos.
      Al comienzo hace referencia a Apolodoro, quien fue un griego que hizo un compendio sobre la mitología griega, señalando además los capítulos en referencia.
      Aparentemente es un relato fantástico relacionado con la historia del Minotauro. Al escarbar en su contenido descubrimos al escritor mismo, un trasfondo que descubre al hombre que está detrás del escritor. En cierta forma una justificación de sí mismo, en ese pedestal casi divino en que siempre se colocó, diferente al resto de los humanos.
      Empieza aseverando las acusaciones de las cuales es objeto, conciente de ellas, aceptándolas como algo propio de él. Incluso piensa en una venganza. Habla de su yo interno, donde no guarda sentimientos, no hay un solo mueble en la casa...refiriéndose a ellos. Él es un prisionero de sí mismo. Su madre fue reina, por lo tanto él no se puede confundir con el vulgo.
      Al comienzo hay una frase que da la pista principal a la historia, dice: Y la reina dio a luz un hijo que se llamó Asterión. Por lo tanto, él es sin duda Asterión, es único y no le interesa lo que otros hombres puedan transmitir. Considera que el arte de la escritura no es una forma de comunicación, sino más bien un arte en sí. Asterión, está más allá del significado de las palabras, por ello a veces su tiempo de crear es largo.
      No le faltan distracciones, pues su espíritu porfiado como un carnero, corre por las galerías de su propio laberinto mental, jugando, permanentemente solo, incluso hasta dañarse. Es un solitario, que sólo vive consigo mismo, a veces sufriendo, otras gozando, imaginando otras vidas similares a la suya...El de otro Asterión, igual a él, a quien invita a conocer su mundo.
      Habla de cisterna, de aljibes. Ambos términos corresponden a surtidores de agua. Agua es un elemento que limpia, que refresca, que purifica. Asterión lo necesita.
      Para el autor, este juego mental ha determinado toda su vida. Y siempre está allí, ese laberinto donde no se encuentran cosas simples, los pesebres (La casa modesta de un rey), abrevaderos (El lugar donde los seres comunes y corrientes o los animales, sacian su sed), patios (Sitios de recreo) y aljibes (Fuentes de redención) Y son catorce, como lo son en número cabalístico los sacrificios que el Minotauro exige, para calmar su infinito poder. Ese ser poderoso exige sacrificios. Sin embargo, Asterión, tan importante como el sol, su mente (casa) ha creado tanto que ha perdido la cuenta, no está dentro de los sacrificados.
      A continuación se refiere a nueve años... Puede referirse a novena, número mítico del mundo cristiano que significa redención, tal vez perdón, refiriéndose a otros hombres, que igual caen en su laberinto ensangrentado. Ellos son sus detractores, que se destruyen sin su intervención.
      Sin embargo, uno de ellos le profetizó su fin, talvez  un doctor y ello le quitó el dolor de la soledad pues sabe que existe un ser que lo redimirá, aunque su concepción de él es diferente a la de los demás. Se lo imagina como un ser mítico y lo asocia al Minotauro o talvez podría ser igual a él mismo.
      La espada de bronce, el sol de la mañana y ni un vestigio de sangre. El está enfermo, su fin está próximo
      La frase final.- ¿Lo creerás,  Ariadna?- Dijo Teseo- El minotauro apenas se defendió.... A Marta Mosquera Eastman.
      Es la duda sobre la existencia de un Dios omnipotente, al cual un hombre como Teseo lo eliminó, o es solamente una leyenda de su gran poder. Marta Mosquera, en este momento es Ariadna, a quien el autor dedica esta reflexión mediante un hilo que a lo mejor esta mujer le entregó al comenzar su relato, para no perderse en su propio laberinto. El hilo de la amistad, la simpatía o quizá una pequeña relación con algunos determinados seres.
      Un gran escritor, cuya vida de semidiós, lo convirtió en un solitario prisionero dentro de su propio laberinto, esperando el encuentro final con un Dios, del cual ni siquiera estaba seguro de su grandiosidad.

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