DÍA DE DIFUNTOS
Salgan
salgan salgan ánimas en pena que el Rosario santo rompa sus cadenas
No sólo los días uno y dos son, en el estado
de Tabasco, México, dedicados a los fieles difuntos sino prácticamente todo el
mes de noviembre. La gente dice que “engorda” debido a los compromisos familiares,
de vecindad o amistad que los compromete a acudir a los distintos rezos en
memoria de los muertos y, en tales prácticas, es común obsequiar a los asistentes
-ceremonia a cargo de una rezadora que
interpretará el Rosario- tamales, pozol, pan y diferentes bocadillos al término
al que por regla general asisten mujeres, los hombres casi no y los jóvenes
menos mientras la chiquillería, alborotando en los alrededores, sólo se calma a
la hora de degustar la comida.
Ave
María Purísima, sin pecado concebida, por la señal de la santa cruz, en el
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Velas
de sebo, incienso, copal y veladoras son el marco de estas ceremonias de
respeto y tradición donde cumplidamente, a todo lo largo del mes, no cesan este
tipo de oraciones para que los que han partido de este mundo descanen en paz y
sepan que se les recuerda con cariño y con amor.
En el altar, la familia dispone de comida
y bebidas especiales que le gustaban al difunto; también, se colocan
cigarrillos si es que fumaba y alguna botella del licor de su predilección. El
rosario dura una hora aproximadamente y son cinco misterios sabiéndose ya de
memoria las comadres el momento específico de los coros.
Torre
de marfil, ruega por ella, torre de David, ruega por ella, rosa mística, ruega
por ella...
Se
alude a la preciosa sangre de Cristo, a que los saque de penas y los lleve a
descansar, a la divina sangre derramada, a la reina y a los ángeles del cielo,
a las potestades todas encumbradas en un fervoroso ruego de perdón y redención.
A estos eventos llega toda clase de gente,
por ejemplo Nati, reiterada puta reconocida hasta el alma por su dedicación
gratuita a andar con todos o, más bien, con el que le gusta cuando que también,
por sus apuros económicos, no hace distingos sabiéndose que eso de la revolcada
le fascina y, su fama de rebelde y disipada vida, le ha costado escándalos,
encarcelamientos, borracheras, amenazas, golpes, deudas, queridos y seis hijos
de diferentes padres sin contar con los traileros, agentes de paso o el
ciudadano común que, un día, la vio coqueta en el parque y listo, dos o tres cartones
de cervezas y Nati en el monte o el motel.
Por
la señal de la santa cruz, de nuestros
enemigos líbranos señor Dios nuestro...
La llegada de Nati, morena de treinta y tantos, busto grande, nalgas
firmes y redondas, siempre causa una ligera conmoción, sobre todo en las
chamacas indecisas por entregarse a los hombres ya que, en los pueblos donde no
hay cine ni periódicos, la cama es una alternativa de placer y gusto.
Ahora, en el rezo donde nadie sabe quién
carajos la invitó, luce preciosa con su pelo suelto ensortijado, negro, que le
llega un poco abajo de los hombros. Cosa curiosa, no viene acompañada de un
varón, como acostumbra -su padrote en turno- sino de dos amigas, más jóvenes
que ella, con inclinación también a lo perdido o que, para algunas mujeres tal
vez, tenga su timbre de envidia pues, cuando se tienen maridos impotentes, de
eyaculación precoz, o en tratamientos de próstatas, el sexo de provincia es un
clamor.
Creo
en Dios Padre, Creador del cielo y de la Tierra....
Sobre el altar se han dispuesto los platillos de honor; hay cigarrillos y trago pero también dos
fotos a como es costumbre en estos casos. En una de ellas aparece la difunta,
una morena de sesenta y tantos que sostiene en su regazo a una pequeñita linda
como de seis años de cabello largo ensortijado.
Una de las acompañantes de Nati se acerca
a contemplar la foto al momento en que el rezo ha terminado y se dio ya inicio
a la repartición de bocadillos.
-¡Nati, Nati!- dice la joven sosteniendo
su platito de unicel y mordisqueando un tamal- ¡mira, mira ven, esta niña se
parece a ti, es igualita cabrona!
Y en un rincón de la casa, muerta en
lágrimas calladas, Nati decide salir a toda prisa de allí.
Salgan
salgan salgan ánimas en pena...
interesante postal muy bien narrada. Un placer la lectura. Gracias Luis Alberto por este exquisito cuento. Tanto la descripciones como el uso de la forma de narra como si fuese un rosario me parece muy expresivo. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias, señor Walter.
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