sábado, 21 de octubre de 2017

Ascensión Reyes (Comentario libro)-Chile/Octubre de 2017



MARIO BENEDETTI - URUGUAYO

LA TREGUA

            Una curiosa y poco usual forma de narrar una historia. En este caso, el protagonista es quien escribe con regularidad todas las impresiones más importantes de su pasar, como una bitácora o diario de vida.
            Este hombre próximo a los sesenta años, sufre una real compulsión por llegar pronto a jubilar, porque el trabajo rutinario le es hasta grato, no así, cuando debe poner en juego sus conocimientos y su raciocinio.
            Él es, un solitario viudo con hijos lejanos, que ha relegado su vida amorosa sólo al recuerdo de lo que fue su vida juvenil, hasta que en la oficina aparece una nueva secretaria. Una chica bastante más joven que él, se llama Laura Avellaneda, es hermosa, y aparenta tener una vitalidad propia de su edad. Después de muchas páginas donde progresivamente va escribiendo acerca de ella, su enamoramiento y después de pensarlo mucho temiendo un rechazo, se atreve a abordarla.
            Se lleva una sorpresa, ella acepta la primera invitación, luego se decide y empieza a cortejarla, primero tímidamente, luego en forma más directa. Ella tiene una personalidad definida y sin pensarlo mucho acepta al maduro pretendiente.
            Sin embargo las historias felices, generalmente no se dan en la ficción. El hombre inesperadamente queda solo de nuevo y en su diario escribe que este enamoramiento, más grande y profundo que todos los anteriores, es quizá, una tregua que Dios le proporciona antes de llevárselo. 
            Como es un diario de vida, es de un subjetivismo que amarra al lector desde el comienzo. Está narrado cronológicamente y el ambiente que trasciende de la escritura del protagonista, es el de la oficina, con algunas frases de él y de ella y sus pensamientos acerca de la vida personal del hombre.
            Podríamos decir que esta tregua es un respiro, una segunda oportunidad de ser feliz, de vislumbrar un futuro en pareja y desvirtuar los miedos e inhibiciones de un hombre que se considera caduco.
            Tiene todos los elementos que estructuran un cuento, incluso el final con un desenlace sorpresivo, y un desarrollo progresivo que lleva a un clímax de sentimientos  y decisiones. El inicio, lo da el protagonista con las primeras anotaciones en su diario de vida.
            Una buena historia narrada por un maestro.
            El cuento del cual comento, es un compendio que hizo la famosa periodista Raquel Correa. El original que tiene los mismos ingredientes, es casi una novela, podría llamarse Nouvelle.




MARIO BENEDETTI 

(Paso de los Toros, 1920 - Montevideo, 2009) Escritor uruguayo. Mario Benedetti fue un destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico. Junto con Juan Carlos Onetti, la figura más relevante de la literatura uruguaya de la segunda mitad del siglo XX y uno de los grandes nombres del Boom de la literatura hispanoamericana. Cultivador de todos los géneros, su obra es tan prolífica como popular; novelas suyas como La tregua (1960) o Gracias por el fuego (1965) fueron adaptadas para la gran pantalla, y diversos cantantes contribuyeron a difundir su poesía musicando sus versos.
            Mario Benedetti trabajó en múltiples oficios antes de 1945, año en que inició su actividad de periodista en La Mañana, El Diario, Tribuna Popular y el semanario Marcha, entre otros. En la obra de Mario Benedetti pueden diferenciarse al menos dos períodos marcados por sus circunstancias vitales, así como por los cambios sociales y políticos de Uruguay y el resto de América Latina. En el primero, Benedetti desarrolló una literatura realista de escasa experimentación formal, sobre el tema de la burocracia pública, a la cual él mismo pertenecía, y el espíritu pequeño-burgués que la anima.
            El gran éxito de sus libros poéticos y narrativos, desde los versos de Poemas de la oficina (1956) hasta los cuentos sobre la vida funcionarial de Montevideanos (1959), se debió al reconocimiento de los lectores en el retrato social y en la crítica, en gran medida de índole ética, que el escritor formulaba. Esta actitud tuvo como resultado un ensayo ácido y polémico: El país de la cola de paja (1960), y su consolidación literaria en dos novelas importantes: La tregua (1960), historia amorosa de fin trágico entre dos oficinistas, y Gracias por el fuego (1965), que constituye una crítica más amplia de la sociedad nacional, con la denuncia de la corrupción del periodismo como aparato de poder.
            En el segundo período de este autor, sus obras se hicieron eco de la angustia y la esperanza de amplios sectores sociales por encontrar salidas socialistas a una América Latina subyugada por represiones militares. Durante más de diez años, Mario Benedetti vivió en Cuba, Perú y España como consecuencia de esta represión. Su literatura se hizo formalmente más audaz. Escribió una novela en verso, El cumpleaños de Juan Ángel (1971), así como cuentos fantásticos como los de La muerte y otras sorpresas (1968). Trató el tema del exilio en la novela  Primavera con una esquina rota (1982) y se basó en su infancia y juventud para la novela autobiográfica La borra del café (1993).
            En su obra poética se vieron igualmente reflejadas las circunstancias políticas y vivenciales del exilio uruguayo y el regreso a casa: La casa y el ladrillo (1977), Vientos del exilio (1982), Geografías (1984) y Las soledades de Babel (1991). En teatro, Mario Benedetti denunció la institución de la tortura con Pedro y el capitán (1979), y en el ensayo comentó diversos aspectos de la literatura contemporánea en libros como Crítica cómplice (1988). Reflexionó sobre problemas culturales y políticos en El desexilio y otras conjeturas (1984), obra que recoge su labor periodística desplegada en Madrid.
            También en esos años recopiló sus numerosos relatos breves, reordenándolos, en la colección Cuentos completos (1986), que sería ampliada en 1994. Junto a la solidez de su estructura literaria, debe destacarse como rasgo esencial de los relatos de Benedetti la presencia de un elemento impalpable, no formulado explícitamente, pero que adquiere en sus textos el carácter de una potente irradiación de ondas telúricas que recorre a los protagonistas de sus historias, para ser transmitida por ellos mismos (casi sin intervención del autor, podría decirse) directamente al lector. La predilección por este género y la pericia que mostró en él, emparenta a Mario Benedetti con los grandes autores del Boom de la literatura hispanoamericana, y especialmente con los maestros del relato corto: Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.

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