¡QUE ALGUIEN DIGA ALGO!
Todo huele a destrucción
huele a dolor de infancia
cuando todo era devastación
en la calles
en el cuerpo
cadenas del pasado
enigmas
de estos cielos.
Y no hablan…
Encadenan el presente
bien puestos los venenos
en nuestro costado
en nuestro cerebro
indiferencia
desvanecen nuestros sueños
tarea cotidiana
atareados bárbaros
contra sus hermanos
palabras me retumban
de doce años de destrucción y saqueo
la palabra amor
fue destierro
de su vocabulario
y se anda
casi sorda
casi ciega
murmurando la tristeza
decepción que no tienen fin
amarrar sueños posibles
restañar lo posible
megáfono para cantar
quiebra en sollozos mi voz
Y las señales son tenues
es lento revertir tanta destrucción
así se sigue
con estos aislados grupúsculos
que todo te lo arrebatan
quiero más voces de futuro
¡Qué alguien diga algo!
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