Desacaecer
Vuelve el follaje a mecer
el día
Sueltas las hojas
desmedran atuendos
y escapan de su guarida
Ya aletean los recuerdos
desplazando leves su
destino
de columnas del mar de la
memoria
Llegan los sueños a la
orilla de la nada
y no entumecen sus largos
brazos
la vigilia y su torpeza
Quién pudiera llegar a
esa palabra
que se abre gacha
a ras de trébol y luz de
vela
Llegar a vibrar en ella
sentir que el espacio
crece y la piedra ondula
moviendo el dedo del
verbo
sujeto a la silla el
trazo tibio de la lanzadera
de los pensamientos que
viviendo hoy
regala el mañana
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