lunes, 21 de mayo de 2018

Oscar Vicente Conde-Argentina/Mayo de 2018


Inspirado en el poema :
“Las cosas y el delirio mientras corren los grandes días”
de Enrique Molina.

Cuando la oscuridad ocupe su espacio,
sobre las olas huirán las desprevenidas gaviotas.
Un terror turbio recordará la ira de los dioses.
Las brisas desteñidas saldrán de todos los huecos,
los árboles no se dejarán acariciar.
Volverán los quejidos de las lluvias.
Los sueños se fugarán de los rostros tiesos.
A los pies, una sangría.
El cansancio de vivir.
El lúgubre pensamiento bajo el extraño sol
de otras estaciones,
en otros lugares sin conquistar.
Todas las pieles que despiertan.
Y los ausentes que idolatran a las sombras.
Las sombras que devoran al tiempo.
Las sombras como fantasmas extraviados,
buscando sus huesos hechos polvo en el desierto.
Y aquí,
con la soledad que llama a mis espaldas,
absorto,
escucho el crujir de mis carnes arrinconadas.
Imagino el dolor en las yemas de los dedos.
Las lágrimas de mi corazón que ya no llora.
Mis labios aplacados.
Mis ojos asilados dentro de las neblinas inoportunas.
El tiempo corre despavorido como un secreto violado.

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