Me
agarro a mi soledad como a la mesana de un barco
No
me asusta el ruido de fondo, ni la mar rebelde de los huidos.
El
dolor persiste en las lágrimas que me tragué
Ahogando
el sufrimiento en mi lacrimatorio
La
soledad se ha tornado en compañía de mi yo
Uso
cada dolor para escribir renglones de amanecida
Me
niego a hundirme en el trasfondo de la desesperación
Resurjo
de mis cenizas una y otra vez
Agarro
mi esperanza a la mesana con fuerza
Juntas
navegamos esperando la luz de un faro
Lejano.
Ululante. Lo siento en mi interior
Es
algo que me obliga a seguir en pie
Como
el mascarón de proa,
Sabiendo
que la vida es el barco
Intento
no estrellarme contra la muralla de los infortunios
El
futuro no es ya un sueño a realizar
Sino
un camino a no abandonar
Y
que más allá del horizonte tras las aguas negras alborotadas
Está
el faro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario