Pintura de Lidia Wylangowska |
En el confín del crepúsculo
Se me vuelve música
Sobre escritas algas,
Si, esas que se mecen
en la blanca cúspide
de las olas solas.
El solo evocarte, cuando
se fragmentan en la abrupta
roca que duerme en la orilla.
¡Cómo no pensarte si el solo
recuerdo humedece la sal
en mi boca!
Cuando náufragos mis pies
Se hunden en gélida arena,
intentando anclarse
en la concavidad de las tuyas.
Si la brisa como aliento de bruma
olfatea mi nuca,
e incendia la irreverente locura
de mi desbocado cabello...
Donde no hay cabida para el silencio,
entre los buques turgentes
de mis pechos salobres
sorteando
la tormenta de tus besos_ olas.
Siento que me habitas
en el confín del último crepúsculo
solsticio de verano...
En el húmedo coral
de mis pretensiones,
donde en mis manos
Se vuelven
Polvo las hojas de un uvero.
Cuando me miras la boca
Cuando me llamas pecado.
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