sábado, 20 de marzo de 2021

Carmen Guzmán Cedeño-Venezuela/Marzo de 2021

Pintura de Lidia Wylangowska


 

En el confín del crepúsculo

 

Se me vuelve música

Sobre escritas algas,

Si, esas que se mecen

en la blanca cúspide

de las olas solas.

El solo evocarte, cuando

se fragmentan en la abrupta

roca que duerme en la orilla.

¡Cómo no pensarte si el solo

recuerdo humedece la sal

en mi boca!

Cuando náufragos mis pies

Se hunden en gélida arena,

intentando anclarse

en la concavidad de las tuyas.

Si la brisa como aliento de bruma

olfatea mi nuca,

e incendia la irreverente locura

 de mi desbocado cabello...

 

Donde no hay cabida para el silencio,

entre los buques turgentes

de mis pechos salobres

sorteando

la tormenta de tus besos_ olas.

Siento que me habitas

en el confín del último crepúsculo

solsticio de verano...

En el húmedo coral

de mis pretensiones,

donde en mis manos

Se vuelven

Polvo las hojas de un uvero.

Cuando me miras la boca

Cuando me llamas pecado.

 

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