sábado, 25 de junio de 2011

Néstor Costa-Buenos Aires, Argentina/Junio de 2011

el fantasma de hierro

el fantasma
no volverá a la rutina diaria del asfalto
pues nada quedó quieto después de los olvidos
después de las sentencias del imperio
y quién si no el imperio
sepultó sus huellas
con la brea de un presente extraviado
junto a la imagen del caballo y la tierra

el fantasma andará debajo del progreso
ya sin tracción eléctrica
ni el impulso sanguíneo
con la fuerza de la vida sepulta
que fluye en cada flor abierta
y en la eternidad de los gorriones
en la mirada de los viejos vecinos
en los ojos  de miradas recientes

es que nada está quieto
          nada

viajo en un tranvía de eternas esperanzas
y es cruel la eternidad
sus ímpetus sensuales me restan emociones

me cobijo en la extinción de mi vida
pero no de mis sueños

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