martes, 23 de agosto de 2011

Beatriz Minichilo-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2011

Una vez fui

Porque una vez fui
la legendaria
que buscaba el grito,
la indolente
caminando descalza
por un bosque de pinos,
la que apresaba el viento
y lo dejaba huir
como a un pájaro asustado.
Porque tuve los bríos
de una noche acechante
y las manos rugosas
del tiempo
que no pude atrapar.
Porque fui angel
o tal vez demonio
y me lancé a recorrer
espacios inconexos
y le di de comer
a una paloma aterida
que se voló para siempre.
Porque supe rezar
implorando
no sé cuales deseos
y navegué aguas turbias
para salir inmaculada.
Porque fui aquella
que me miraba
desde una inmensidad
ajena
con los ojos bien abiertos
sin ver lo que otros vieron
y barrilete sin cordel
en la luz indecisa
de la lámpara
que nunca se apaga.
Porque jugué a reir
contra la monotonía
de los demás,
canté
sin emitir una sola nota
y lloré sin lágrimas.
Porque estoy aquí
en esta hora, este momento
y no tengo raíces
ni pies ni manos,
ningún sostén.
Solo lo que me rodea
como un río transparrente
y en el centro yo,
hoja a la deriva,
semilla que algún día
germinará en otra tierra-

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