martes, 23 de agosto de 2011

Elsa Teresita Vila-Buenos Aires, Argentina/Agosto de 2011

Paraíso clandestino
 
 
Desde el borde de mi ventana, subo.
Me trepo como puedo
y llego, otra vez, a mi tejado.
Los sueños que apilé durante años
empezaron a caerse  indiferentes, desparejos.
Acaricio algunos todavía
y otros los abandono por imperfectos.
 
Las cárdenas tejas
se arruinaron con el tiempo.
 
Fue mi paraíso clandestino.
Redil de conjeturadas ilusiones.
 
Seguramente nacerán, otra vez, mis veletas;
mis manos salpicarán las grietas
que se amontonaron con la vida,
y se renovará así
el  fastidioso agobio de este tiempo.

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