lunes, 26 de septiembre de 2011

Delfina Acosta-Paraguay/Septiembre de 2011

No te des por vencido

Existen poemas, como aquel celebrado “Sí” de Rudyard Kipling, que inician su mensaje de sabiduría con estos versos: “Si puedes mantener la calma cuando los que te rodean la están perdiendo y te culpan a ti”, válidos para cualquier tiempo y escritos muy a propósito para aquellos momentos en los que el individuo se encuentra enojado con su entorno, consigo mismo y hasta con Dios.




“¡Piu Avanti!”, del célebre poeta y docente argentino Pedro Bonifacio Palacios, más conocido por Almafuerte, tiene el equivalente a un trago (metafórico) de vodka, y bien vale la pena vaciarlo en la cavidad bucal y escanciar la bebida las veces que sean necesarias, pues muchas son las adversidades que aparecen, a veces, en el camino del hombre.   

¿Quién no sabe del ser débil, con el corazón estrujado, que presa de algún infortunio, con el temor a cuestas, acelera su propio fin?   
¿Por qué estos poemas permanentemente se constituyen en revelaciones alentadoras para las almas fatigadas? Pues porque son muchas las personas que se desatinan en la existencia, víctimas de sí mismas, y necesitan encontrar un mensaje en el cual leer su carácter, su destino, y lo que la sociedad aguarda de ellas.   

Dejo una perla:   

¡Piu Avanti!   
No te des por vencido ni aun vencido,   
no te sientas esclavo ni aun esclavo;   
trémulo de pavor, piénsate bravo   
y arremete feroz, ya mal herido.   

Ten el tesón del clavo enmohecido,   
que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;   
no la cobarde estupidez del pavo   
que amaina su plumaje al primer ruido.   

Procede como Dios, que nunca llora;   
o como Lucifer, que nunca reza;   
o como el robledal, cuya grandeza   
necesita del agua y no la implora...   

¡Que muerda y vocifere vengadora,   
ya rodando en el polvo, tu cabeza!  


Almafuerte

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