miércoles, 23 de mayo de 2012

Ana María Díaz Velo-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2012


En puntas de pie por la casa

 
Vuelves desasosiego
cuando pierdo las alas
Inconsolable calma
demasiada Tierra
Los días iguales queman
En el nivel noveno del infierno no hay nada Dante
... Y rolan, ruedan ruidos de platos
los muebles se acomodan solos.
¿Dónde está el alma?
esos, apenas, 21 gramos que dicen
que no existe
¿En qué hueco de mi cuerpo quedó atada?
es que siento su peso como lastre
El alma mora en los pies
decían los griegos,
alma, ánima, hacer camino ...
Soplo de mi que vuelve al magma
y desde ahí me llama.
Los dedos dibujan signos que sonríen,
no se quien los dicta pero duelen
pero calman ...
Aletean mis alas
y otros mundos recorro siendo árbol
Son palabras las briznas de mi nido.

1 comentario:

  1. El sutil mundo de las palabras, la belleza triste del lenguaje que envuelve la angustia del desasosiego, paradójicamente la alivia. Bravo por tu poema! Rosa Mary Marrone

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