Aquellos paraísos
Callecita de tierra
vereda de ladrillos
al frente de las casas
frondosos paraísos.
En otoño las hojas
caían una a una
desnudas las ramas
esperaban al invierno.
Cuando éste llegaba
un tenue sol
que apenas entibiaba el aire
con las ramas jugaba.
Después primavera
llegaba de repente
alegraba las almas
las llenaba de gozo
con el azul perfume
de sus flores tan bellas.
Y llegaba el verano
y una alfombra amarilla
el suelo cubría
los frutitos maduros
al caer la tejían
y las hojas verdes
sombreaban la vereda.
Volví al lugar un día
ya no estaban los árboles
¡qué tristeza profunda!
cerré entonces los ojos
¡oh! milagro de los sueños
los vi como antes eran
bordeando la vereda.
Hermosa nostalgia María Inés,
ResponderEliminarmuy bonito tu poema!!!!!!
besosss Jóse