Lidia Lupía-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2012

No me abandona la sonrisa

            Con la fuerza que me impulsa a vivir y me ayuda a convertir las expectativas que  tengo en concreciones bendecidas por Dios.

            No trato de olvidar mi pasado feliz, rodada de amor y gracias, porque soy consciente de mi existencia frente al presente y  a un esperanzado futura de progreso, donde deposito todas mis energías en mi trabajo, estudio y crecimiento, con mi esfuerzo personal.

            Mi vida la siento en un recipiente cristalino que se convierten copa de cristal, en la que fluye mi existencia.

            Vivo las etapas del tiempo en lugar preferido, pudiendo respetar una elección previa. Puedo entonces beber las situaciones tristes o alegres de la vida, como un licor dulce, sorbo tras sorbo, que evita que la sonrisa me deje, ante la reyerta, la duda más compleja y la inseguridad, que a veces abruma. Siento mi real presencia sin ser hipócrita.

            En diversas oportunidades nuestro buen humos, con un fino ejercicio de imaginación, tratando de querer ver cuando lejos puede volar mi propio pensamiento, con inteligencia emocional, creyendo en mis propias condiciones.

            ¡Con tales instrumentos del tiempo y de la vida se puede vencer! Como un ser racional, navegando en la felicidad, con un crecimiento espiritual muy importante, fuerte y sincero.