CARTÓN LLENO
Me sentaba en la cabecera, frente a Teixeira.
Los domingos venían familiares llenando de pasos los
silencios.
El ventanal daba al jardín del otoño.
La luz amarillenta, iluminaba el salón donde
dormitaban dos gatos.
- 27, el peine. 36, la manteca.
El viejo Teixeira le daba a cada número el
significado con su voz cascada.
- 53, el
barco. 80, la bocha. 6 el perro.
- 24, el
caballo.
- ¡Línea! gritó Casimira. Era una mujer flaca y miope.
Se sentaba al lado de Teixeira y enfocaba la poca
vista a través de unos vidrios gruesos
que hacían aparecer sus ojos enormes y saltones.
Junto a ella, invariablemente, se ubicaba Mechita.
Siempre callada. De vez en cuando avisaba que tenía línea o cartón lleno,
susurrando, como pidiendo permiso.
El primero que llenaba el cartón llevaba las seis
monedas de cincuenta que brillaban sobre la mesa.
Enfrente de Casimira, Toribio. Dos o tres dientes
repartidos en su boca le ayudaban a mascar tabaco produciendo un ruido muy
desagradable.
Al lado de Toribio, la gallega. Siempre de mal humor.
Enojada y protestando por todo.
Cuando ganaba, hacía saltar los porotos con un puñetazo.
No aguantaba a Toribio. Cada vez que lo escuchaba mascar, le pegaba con el pié
en el tobillo. Este, se sentaba medio ladeado para esquivarla.
Lejos se oía el ulular de una sirena.
Teixeira agitaba las bolillas dentro de la bolsa
negra y seguía sacando.
- 5, el
gato. 67, la víbora. 11, el peine.
El sonido se detuvo
frente a la casa.
Giramos la cabeza.
Dos enfermeros entraron con una camilla.
Callados, esperamos el desenlace.
Al rato bajaron llevando a alguien con la cabeza
tapada.
- 48, il
morto qui parla – dijo Teixeira susurrando.
¡Cartón lleno!
Muy bueno Marta,
ResponderEliminarUn inteligente y humorístico giro para contar el drama de un geriátrico.
Luis Siburu
luissiburu@hotmail.com
22.11.12
Martita: Te envidio (¡ojo: sanamente!) el poder descriptivo que tenés. Las imàgenes se me traducen con fuerza cinematográfica. El tema es durisimo y muy real, y lo tratás con mucha categoría literaria. Te felicito. Un abrazo. Marcos.
ResponderEliminarMarta:
ResponderEliminar¡Qué perfección tan imperfecta!
Besos, tu primita.
MARTA,MUY BUENO ME ENCANTO,SE LO VOY A MANDAR A AMIGOS Y FAMILIARES QUE SE QUE LES VA A ENCANTAR,UN BESO GRANDE PILI
ResponderEliminarMarta me gustó tu cuento! Buena descripción, muy lindo lo de Toribio y el desenlace. Nos vemos. Nélida Ojeda Barcos.
ResponderEliminarMuy bueno tu cuento Martuchín !!!!
ResponderEliminarFelicitaciones !!!!
Me encantó Martita. Alucino con lo bien que escribes. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesitossssssss
Excelente relato que partiendo de una angustiosa realidad , la pluma de mi amiga descubre el humor...algo tan difícil de hallar en determinados lugares o situaciones, pero no debemos olvidar –la escritora nos lo recuerda—que hallando el humor la vida ´pierde mucho el sentimiento trágico de la vida, como dice uno de los libros de Miguel de Unamuno
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