miércoles, 16 de enero de 2013

Beatriz Minichillo-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2013

Tu amor, tu desamor

Tu amor, tu desamor
fue la libertad,
camino detenido
entre dos puntos,
palabras esdrújulas
sin acento,
voces sin sonido,
luces sin sombras.
Tu amor, tu desamor
fue un páramo
con una flor roja
flotando
en su inmensidad,
una flor roja
sin fronteras.
Tu amor, tu desamor
fue un desánimo
presente
y un futuro incompleto
con una voz
como único sonido
y una palabra
como único signo.
Una impotencia
acostumbrada al fracaso
y una posibilidad
restallante de furia.
Tu amor, tu desamor
fue una avaricia
escondida,
una exageración,
un desamparo,
una súplica
incorporada en el tiempo,
una palabra desierta
sin espacios.
Pero yo lo entendí
cuando abrí lo brazos
y allí estabas,
desorbitado y febril,
reticente al regreso.
Estabas ,solo estabas
como una estrella
después de la tormenta
y abrí mi cuerpo, mi boca
para que me penetraras
completo
y reposaras, reposáramos
en un orgasmo infinito,
en un después.
Abrí los brazos,
abrí el cuerpo
y entraste en él
como un tornado,
un volcán
al que tendí mi lava
para contenerlo
y nos derramamos juntos,
sangre vertida,
dolor a medias
sobre el poema
que apenas
llegamos a escribir.


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