ME HACES FALTA
Me hacés
falta…¡tanta!
Ya no puedo
vivir sin tu presencia. Es infinito el infierno si no te tengo.
La luces se
transforman en morteros que atacan mis ojos cegándolos.
Nada queda
en su lugar, todo transmuta en aleteos inútiles de crisálidas orgullosas que
anulan mis manos dejándolas frías e inertes.
Y más te
pienso…¡más te necesito! ¿cómo hacer entonces con esta adrenalina que fluye
alocada por mis venas luego de tu partida sin causa, sin explicación, sin
clemencia?
Huiste
cuando debías creer, fue más fuerte tu pensar que preguntar. Tu mente voló
lejos y llegó al oscuro páramo donde las sensaciones pueden más que el
razonamiento…¡y no creíste!, solamente te fuiste sin siquiera mirar hacia
atrás.
Sólo queda
el aroma de glicinas penetrando por ese umbral cómplice de tu adiós, testigo mudo de mis ojos resecos por el
llanto que lo miran con la falaz esperanza de verte entrar y que tus brazos me
rodeen dándome la seguridad de que nuevamente estarás a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario