martes, 23 de julio de 2013

Claudia Díaz-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2013

                              Son tus delicadas manos




Son tus delicadas manos...
las que no ofrecen violencia...
¡son esas maravillas!...que te dio...la naturaleza.
Son tus delicadas manos...
¡las que a veces me peinan!...
¡y no necesito más decirte!...
porque tu sabes también...
como actúas... ante mí.
Son tus delicadas manos...
¡Manos de bien!...y no del mal...
¡Porque no necesito decirte!...
¡como tú las mantienes!... sobre mí...
como protección... con caballerosidad...
Son tus delicadas manos...
¡pero no por tu suavidad!...
¡porque expresas!... seguridad... también... ante los demás.
Son tus delicadas manos...
las que mi mente guarda...
¡ante situaciones!... ¡que me dejan!... casi... sin oxígeno...
cuando la angustia me devora.
Entonces recuerdo tus manos... ¡cálidas!... amorosas...
¡y no!... espantosas...
¡Y donde recurro con mi mente!... para no pensar... en nada...
que me haga mal...
al contrario... ¡me regocijo en tus manos!...
Manos leales... manos simples... ¡manos!... sin manchas de sangre.
¡si!... ¡son ellas!... ¡ellas que vivieron para mi!...
pero...
¡yo no supe cuidarlas!... ¡y ahora!.. vivo el tormento...
¡de otras manos fundidas en mi piel!... en mis poros... en mi mente...
¡pero consigo el refugio del ayer!...
del ayer... que fue nuestro... ¡y yo!... mujer... no supe valorar...
esas manos tan presentes... con futuro...
¡y porque no llevármelas conmigo!...
en el último tramo de mi vida

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