LO
LLAMAREMOS POR EL NUMERITO
Personajes
“A”:
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
PELIRROJA
NIÑO
NIÑA
DIPLOMÁTICO
JESUITA
RABINO
HIPPIE
HIPPIE EMBARAZADA
LA SIN PIERNAS
MANDRAKE, EL MAGO
RUBIA
LITERATA
SENCILLA
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA
GÁNSTER VOLUMINOSO
JOVEN “PATO-VICA”
VIEJITO
ÁNGEL
Personaje
“B”:
VENDEDOR DE ESPIRALES
Personajes
“C”:
SECRETARIA 1
SECRETARIA 2
SECRETARIO
ESCENARIO:
Decorado: Sala de Espera
a) Dos puertas: una en lateral izquierdo
con un cartelito dibujado que dice: “El Baño”; la otra en lateral derecho con
un cartelito dibujado que dice: “El Hall para Entrega de los Numeritos”. (En el
centro del decorado hay una puerta
dibujada con un cartelito también dibujado que dice: “El”.)
b) Sillas y sillones.
c) Varios ceniceros de pie ubicados en
proscenio.
d) Revistero con revistas y diarios en
diversos idiomas.
e) Reloj enorme colgante que al comenzar
la representación indica las 11,35 horas y al concluir las 16 horas.
Consideraciones
sobre los personajes:
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
Con uniforme de la primera guerra mundial. Flaquito. 45 años.
PELIRROJA: Pelirroja. Mucho busto. 40 años.
NIÑO: Moreno. Lindo. 9 años.
NIÑA: Rubiecita. 8 años.
DIPLOMÁTICO: Alto. Elegante. Canoso. Fuma en
pipa. Portafolios negro. 50 años.
JESUITA: Sotana acorde. 40 años.
RABINO: Barba acorde. 40 años.
HIPPIE: Cabellera larguísima. Barba rala.
Ojotas. Bajo. 20 años.
HIPPIE EMBARAZADA: Bella. Rulos. Anillos y
collares. 18 años.
LA SIN PIERNAS: No tiene
piernas. Cabellera que le llega al suelo. Se traslada en una plataforma con
rueditas. 30 años.
MANDRAKE, EL MAGO: Como Mandrake, el mago.
RUBIA: Platinada. Hermosa. Usa pantalones. 40
años.
LITERATA: Se pone y se saca los anteojos. 50
años.
SENCILLA: Cabello corto. Usa pantalones. 35
años.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: Rutilante. Cinturita.
Alta. 15 años.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Corpulento. Bigotes.
Anteojos oscuros. Traje cruzado a rayas. Sombrero. Zapatos amarillos. 45 años.
JOVEN “PATO-VICA”: Bajo. “Físico-Culturista”.
Remera. Pantalón ajustadísimo. Sandalias. Carterita. Muñequera. Anillo en el
índice. No fuma. 25 años.
VIEJITO: Esmirriado. Barba blanca que le llega
a las rodillas. Cabellera blanca muy larga. Anteojos de muchísimo aumento. 90
años.
ÁNGEL: Todo de blanco. Alas y maletín blanco.
Anteojos con el marco y los vidrios blancos. Mechón blanco en la cabellera
castaña. No fuma. 40 años.
VENDEDOR DE ESPIRALES: Simpático. 25 años.
SECRETARIAS 1 y 2: Muy altas. Sutil uniforme.
Atractivas. 20 años.
SECRETARIO: Muy alto. De frac. Buen mozo. 35
años.
INDICACIONES
Y SALVEDADES:
a) Los personajes “A” —excepto el
VIEJITO— desde que son advertidos por el espectador permanecen con un papelito
de un mismo color con un número impreso, en la mano o más o menos a la vista
—un ojal, un anillo, sobre la oreja, un cierre relámpago—.
b) Cuando en el texto esté indicado que entran o salen deberá entenderse que lo
hacen por puerta de lateral derecho.
c) Muchos personajes fuman. Vuelcan las
cenizas y apagan los cigarrillos en los únicos ceniceros existentes en el
ámbito; absolutamente ningún personaje intenta aproximar a sí alguno de dichos
ceniceros.
d) Deberá entenderse que, aquí y allá, a
lo largo del transcurso, personajes “A” no especificados en el texto, mantienen
entre sí diálogos áfonos; que otras charlas, o pedidos de fuego, o incidencias
no detalladas, ocurren simultáneamente a las instancias descriptas, y que de
esos otros diálogos pueden oírse algunas risas ocasionales.
e) En rigor, muchas “instancias” son
trozos, tramos, trechos, porciones de una totalidad no descripta; las hay ya
iniciadas y las hay truncas.
f) El texto de la instancia XXI ha
sido extraído del libro de W. R. Bion,
Experiencias en Grupo (Editorial Paidós, 1974, pág. 47).
g) Los textos de las instancias XXII y
XXV han sido extraídos del libro de Ronald D. Laing, Nudos (Editorial Sudamericana, 1973, págs. 21 y 25).
h) Decidida en el texto la división en
“instancias” y su numeración, es cierto que algunas de esas numeradas
instancias, en realidad, son la segunda
parte, la continuación de una instancia anterior.
Se abre
el telón. Luz en resistencia que aumenta. El SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
y la PELIRROJA están sentados, no inmediatamente al lado el uno de la otra. En proscenio, el
NIÑO recorta fotos de una revista picaresca con una tijerita.
I
SOLDADO
DE LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL — PELIRROJA.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(a la PELIRROJA, quien se hace la
indiferente): “¡Quién fuera teniente coronel!”, suspiraba un teniente
coronel. (Pausa.) “Si yo tuviera un
batallón”, suspiro yo. “Aquel que conoce el origen de las cosas, conoce también
su disolución”: Buda. (Pausa.) “Tal
vez la comprometo. ¿Es por eso?” Alguien nos mira. “¿Alguien nos mira?
Dígamelo, se lo suplico”, quejumbroso. (Pausa.)
“Hoy tengo salida”, comunico. (Pausa.)
“El laberinto es un espacio sin tiempo.” Mío no es. “¡Oh, mi muy y tanto
más!...” (Pausa.) “Los sonidos
acortan el tiempo. Los silencios lo alargan...”, sentenció J. A. M. Merloo, en
fin. (Pausa.) “¿Es por el
uniforme?... ¿Usted cree que soy sólo el uniforme?”, dudo. “¿Qué pretendo,
estar bien?, si hoy es domingo.” Eso fue ayer: y estaba acuartelado. “La vida
es juego y es lucha. Si el juego te aburre y la lucha te cansa, estás perdido.”
Está todo perdido. No y no. “Es mejor escarmentar en cabeza ajena.” Está todo.
(Deja de dirigirse a la PELIRROJA.)
“Una charla entre yo solo, conmigo”, recapacito. “El la necesitaba a ella para
seguir ignorándose”, me distancio. (Pausa.)
“Su nombre es la marca de unas mercaderías acaparadas para nadie”, temo, o
mejor: prefiero. “Sólo se tienen buenas razones para cometer atrocidades”: mío.
“¿A la crueldad?... Eterna mujer... Lo siento: no tengo verdaderamente ninguna
propensión avisorable.” ¡Mirá qué estilo! Soy más bueno que el pan.
II
NIÑO —
SOLDADO DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL — PELIRROJA.
El NIÑO,
ajeno a su derredor, comienza a canturrear. Progresivamente lo hará con mayor
vigor. El SOLDADO DE LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL y la PELIRROJA lo observan,
inmóviles.
NIÑO: “No quiero dejar de pronunciar el
silencio cuando te bese,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te hurgue,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te incite,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te restañe,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te hostigue,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te alimente,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te robe,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te escamotee,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te vitoree,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te trepe,
No quiero dejar de pronunciar el silencio
cuando te disemine,
No quiero dejar, por fin, de pronunciar el
silencio cuando impunemente te abandone!”
Pausa.
III
SOLDADO
DE LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL — PELIRROJA.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
“Por uno solo conozco a los demás”: mi amigo Virgilio. “A resultados grandes
por vías estrechas”, pobre de mí, pobre de muy pobre de mí. Una tras otra.
“¡Oh, triste tonto!” “El Bien es a veces molesto”: Kafka. “El Diablo es puro (Se dirige a la PELIRROJA.) porque sólo
quiere el Mal”: Maritain. “Yo no soy sino por ellos, que no son nada si no lo
son por mí”: Jean Genet. “La muerte corre el peligro de ser el conocimiento de
mi vergüenza”: Jean Genet. “El amor es desesperación”: Jean Genet. (Deja de dirigirse a la PELIRROJA.)
Inconmovible. Tan inconmovible que estoy.
IV
SECRETARIA
1 — NIÑA — NIÑO — PELIRROJA — SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL — DIPLOMÁTICO.
Entra la
SECRETARIA 1 acompañando a la NIÑA.
SECRETARIA 1: “Por acá”, dicen que diga.
NIÑA: “Muchas gracias”, corresponde.
La SECRETARIA 1 sale. La NIÑA queda de pie mirando al
NIÑO, quien no advierte su ingreso. El SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL y la
PELIRROJA observan al NIÑO y a la NIÑA. La NIÑA con timidez se
adelanta en dirección al NIÑO, quien sigue ensimismado. La PELIRROJA mira al
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL, sin advertir éste, que es mirado. La PELIRROJA se sienta más
cerca del SOLDADO DE LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL. Por puerta de lateral
izquierdo entra el DIPLOMÁTICO, quien observa a todos detenidamente, los que,
excepto el NIÑO, a su vez, lo observan. El DIPLOMÁTICO se sienta entre el
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL y la PELIRROJA. Pausa.
V
PELIRROJA
— DIPLOMÁTICO — SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
PELIRROJA (al
DIPLOMÁTICO): “¿Usted cree que es una fechoría, que se soporta?” Eso lo
leí: un escritorzuelo.
DIPLOMÁTICO: Yo leí que... “no”. Y que mi país
“se adscribe a la tensión”. Tensión, y no goce.
PELIRROJA: “Sí, pero ¿hasta cuándo? ¿Hasta
dónde se puede? ¿Y usted sabe para qué?”, me acoso. Ya ve: me urjo.
DIPLOMÁTICO: “Traigo órdenes, señorita.” Eso
supongo.
PELIRROJA: Pero no es muy efectivo. “Pronto
habrá una escisión.” Usted dirá: “Estamos preparados”. Pero no debidamente
preparados.
DIPLOMÁTICO: ¿Vio cuando no puede hacer nada
porque le pasa todo?...: la
parálisis. Usted me diría: “Está mintiendo. Lo descubro en su
cara, está escrito en su frente”.
PELIRROJA: Hay países amigos.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¿Y quién lo dice?
PELIRROJA: ¡Oh!...
Pausa.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¿Y quién lo dice?
DIPLOMÁTICO: Lo leí.
VI
NIÑO —
NIÑA.
La NIÑA
se ubica al lado del NIÑO. El NIÑO la advierte, le sonríe. (Se iniciarán entre
los niños jugueteos eróticos con extremadísima paulatinidad. El NIÑO es el
activo, al principio, en esos jugueteos.) (A partir de esta instancia, las
indicaciones que involucren a todos, exceptuarán a los niños.)
VII
SECRETARIA
2 — JESUITA — RABINO — SECRETARIA 1 — HIPPIE — HIPPIE EMBARAZADA.
Entra la
SECRETARIA 2 acompañando al JESUITA.
SECRETARIA 2: Dicen que diga: “Tome asiento”,
dicen que diga.
JESUITA: Lo sabía. “Para mayor gloria de
Dios.” “Voy con El.”
La SECRETARIA
2 sale. El JESUITA se sienta. Entra la SECRETARIA 2 acompañando al RABINO.
RABINO (al
JESUITA): ¿Le pisé los talones?
JESUITA: No creo. Siéntese.
SECRETARIA 2: Eso mismo. No lo dije. Debiera.
El
RABINO se sienta al lado del JESUITA. La SECRETARIA 2 sale, al tiempo que entra
la SECRETARIA 1 acompañando al HIPPIE y a la HIPPIE EMBARAZADA.
SECRETARIA 1: “Por acá”, dicen que diga.
HIPPIE Y HIPPIE EMBARAZADA: Bien.
SECRETARIA 1: Gracias.
HIPPIE EMBARAZADA: “Haz bien y mira bien.”
El
HIPPIE y la HIPPIE
EMBARAZADA se sientan al tiempo que la SECRETARIA 1 sale.
VIII
RABINO
— JESUITA.
RABINO: El sistema de esa muchacha no es
escandaloso. Vino a verme. Yo observaba una jaula vacía. Me sentía otro que
decía: “No sé a dónde ir”. Metí los dedos entre las rejas. Nadie me miraba. Lo
que hacía no estaba mal.
JESUITA: ¿El sistema consiste?... El sistema
de que me habla...
RABINO: ¿¡El sistema!?
JESUITA: Sí, claro.
RABINO: Perdón. Ella me cuenta que se queda
fuera la más de las veces. Ella me cuenta que se queda fuera frente a ellos.
Que no se perturba. Que les ve la hilacha. Que no se ve su hilacha. No le importa
que todos los hombres quieran lo mismo: le molesta advertirlo; no la entretiene
el juego. Se impide fascinarse. Siempre están “in fraganti” frente a ella.
JESUITA: ¿Y bajo algún efecto?...
RABINO: No sabe con qué ayudarse.
JESUITA: Y está desesperada.
RABINO: Me contó que ni siquiera está
desesperada. Pero es evidente que lo está. Se seca.
JESUITA: Derivemelá. No la entretiene el...
Así que no la entretiene el...
RABINO: No.
JESUITA: Ya sabe.
RABINO: ¿Cómo?
JESUITA: Y...
IX
SECRETARIO
— LA SIN PIERNAS
— PELIRROJA.
Se oye
un campanazo al tiempo que entra el SECRETARIO acompañando a LA SIN PIERNAS.
SECRETARIO: Dicen que diga: “La llamaremos por
el numerito”, dicen que diga.
LA SIN PIERNAS: Muy amable.
“Ponte de rodillas y creerás”: Pascal. (Es
trasladada hasta alguna ubicación entre dos asientos por el SECRETARIO, quien
la empuja por los hombros.) Muy amable. “Un amigo es alguien con quien se
complacería en cometer una fechoría”: Gide.
PELIRROJA (sobresaltada):
¡¿Fechoría?!...
SECRETARIO: Es mi trabajo. Y es poco. Faltaba
más. Dispense.
El
SECRETARIO va hacia la puerta en lateral derecho. Se detiene. Va hasta el
revistero. Toma una revista. Se la alcanza a LA SIN PIERNAS.
LA SIN PIERNAS: Muy amable.
SECRETARIO: Dispense.
X
SECRETARIA
2 — MANDRAKE, EL MAGO.
El
SECRETARIO sale al tiempo que entra la SECRETARIA 2 acompañando a MANDRAKE, EL
MAGO.
SECRETARIA 2: Dicen que diga: “Tome asiento”,
dicen que diga.
MANDRAKE, EL MAGO: Ah, muy bien. (Saca un papel de su galera.) Para usted
sola. Sin nervios. (Sonríe.) Bueno,
para que quede en administración. (Acaricia
la mejilla de la Secretaria 2.) Beodosvaldo y Curdamparo. Buscados. (Le entrega el papel.) Son pareja.
SECRETARIA 2: “No se preocupe”, dicen que diga
también. Y sobre todo: “Tome asiento”, dicen que sobre.
MANDRAKE,
EL MAGO regocijándose con el nerviosismo de la SECRETARIA 2, amplía aún más su
sonrisa cuando ésta se equivoca.
MADRAKE, EL MAGO: Mire que no tengo copia.
La
SECRETARIA 2 sale. MANDRAKE, EL MAGO la mira irse. Observa detenidamente a
todos los demás. Se sienta al lado de LA SIN PIERNAS.
XI
JESUITA
— RABINO.
JESUITA: Monógamo.
RABINO: ¿Monógamo? ¿Qué? ¿Qué monógamo? ¿Cómo
monógamo?
JESUITA: Monógamo.
RABINO: ¿Monógamo? ¿Seguro?
JESUITA: ¡Monógamo, monógamo!
RABINO: Pero...
JESUITA: ¡Le digo que es así!
RABINO: Es que...
JESUITA: ¡Sssssssstttch! ¡Monógamo!...
RABINO: Es que usted no quie...
JESUITA: ¡Dije monógamo y basta!
RABINO: Si yo le dijera...
JESUITA: ¿¡Pero por qué me contradice!?
¡Monógamo!
RABINO: Es que no se trata, en realidad, de...
JESUITA: ¡Qué intolerante!
RABINO: Pero una apertura... En los tiempos
que corren...
JESUITA: ¿Usted me oye? ¿Qué dije?
RABINO: Triangular. Con número tres.
JESUITA: ¡Monógamo, histérico!
RABINO: Con respeto. No, nada de bigamia. Si
usted no me deja hablar... Es otro criterio. Otro. Otro.
JESUITA: ¿Yo no dije monógamo?
RABINO: Dijo.
JESUITA: ¿Y entonces?
RABINO: Son pruebas. El criterio de
triangularidad.
JESUITA: ¿Triangularidad? ¿Qué? ¿Qué
triangularidad? ¿Cómo triangularidad?
XII
(LA SIN PIERNAS — NIÑO —
NIÑA.)
MANDRAKE,
EL MAGO — PELIRROJA.
LA SIN PIERNAS se traslada hasta un cenicero
y arroja el cigarrillo. MANDRAKE, EL MAGO se sienta al lado de la PELIRROJA. LA SIN
PIERNAS da un par de vueltitas alrededor de los niños, observándolos con gran
curiosidad. Sin abandonar la revista sale por puerta de lateral izquierdo.
MANDRAKE, EL MAGO: Disculpe, señorita...
¿Usted sabe qué revelarse es con “ve” corta?...
PELIRROJA: Eeeehhh... ¿Con “ve” corta?...
Eeeehhh... Es... Es ese revelarse que no es labial, con “ve” de víbora; si
usted dice “bíbora” con “be” larga, sería una víbora buena... y mansa... y
maternal: una “bíbora” con “be” de buena.
MANDRAKE, EL MAGO: ¿Pero las víboras no son
maternales?... No son maternales con nosotros, que no somos sus hijos, pero
habrán de ser maternales con sus hijos.
PELIRROJA: Eeeehhh... Y son víboras con “ve”
corta con nosotros. (Pausa.)
Eeeeeehhhhh... ¿Usted tiene predilección por los ofidios?...
XIII
SECRETARIA
1 — RUBIA — LITERATA — SENCILLA.
Entra la
SECRETARIA 1 acompañando a la RUBIA, la LITERATA y la SENCILLA.
SECRETARIA 1: “Por acá”, dicen que diga.
La RUBIA se sienta próxima al DIPLOMÁTICO.
La LITERATA
y la SENCILLA
se ubican una al lado de la otra. La
SECRETARIA 1 dado que ninguna de las tres
le agradece, ni siquiera gestualmente, las mira desconcertada. La SECRETARIA 1 sale.
LITERATA (con
papeles sobre su falda): ¿Mi obra?
SENCILLA: Sí.
LITERATA: ¿Mi obra literaria? Ooohhh... Es muy
vasta.
SENCILLA: ¿Narrativa?
LITERATA: Sí... Ooohhh...: cuentos, unas pocas
novelas, algún ensayo, conferencias, poesía maldita, poesía y teatro.
Básicamente. ¿Pero usted me conoce?... Un guión para cine... en fin... chistes,
fotonovelas...
SENCILLA: ¿Esas son bases, no? ¿Municipal?...
LITERATA: ¿Eh? Ah, sí. Ya tengo escritos unos
cuantos. Puedo participar.
SENCILLA: ¿En qué?...
LITERATA: Inédito. Teatrofiado.
SENCILLA: ¿Qué unos cuantos?
LITERATA: Títulos, mi querida. A ver si le
suenan: “Banquete necrofílico y el menú es papá”; otro: “Al salir le estiro la
mano para saludarlo, me da un beso”. Sí, largo. Ooohhh... Pienso en una tetralogía...
SENCILLA: ¡Hhhumm!
LITERATA: “No hay mejor ciego que el que no quiere ver”; “Soñar cuesta”. Otro:
“Siempre se necesita alguien que perdone”; “Caracteristericona”; y otro: “Lo
bueno sí es breve”.
SENCILLA: Brillante.
LITERATA: ¿En serio?
SENCILLA: ¡Brillante!
LITERATA: ¿En serio?
SENCILLA: ¡Pero sí!... Hace mucho que no oigo
piezas tan ingeniosas. Son humorísticas, patéticas... Yo no sé cómo se puede...
LITERATA: Sí, algunos se admiran.
SENCILLA: Alegórica. Le dirán que es un venero
inagotable.
LITERATA: Ooohhh...
SENCILLA: A mi esposo le va a encantar cuando
le cuente que la conocí. A
él le hubiese gustado conocerla. Se lo pierde por no acompañarme. Nosotros
somos gente sencilla: lectores, espectadores... No alternamos con artistas.
XIV
SECRETARIO
— ADOLESCENTE VOLUPTUOSA.
Se oye
un campanazo al tiempo que entra el SECRETARIO acompañando a la ADOLESCENTE VOLUPTUOSA.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno, gracias!...
SECRETARIO: Dicen que diga: “La llamaremos por
el numerito”, dicen que diga.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno, gracias!...
La ADOLESCENTE VOLUPTUOSA queda mirando al SECRETARIO,
quien —no instantáneamente— hace ademán indicando que puede sentarse. La ADOLESCENTE VOLUPTUOSA
se sobresalta, sonríe y obedece. El SECRETARIO la mira hasta que se sienta. El
SECRETARIO sale.
XV
RUBIA —
DIPLOMÁTICO.
RUBIA: Hoy me cuesta vivir. Es que nada es
claro ni suficiente. Yo la oigo a mi hermanita, que todo lo cuestiona; pero
ella cuestiona y combate, es distinto. Yo cuestiono para adentro, soplo para
adentro; no chupo ni mastico.
El DIPLOMÁTICO
la escucha con atención.
Quisiera que me abolieran. Pero no crea que
siempre. (Pausa.) No crea que no lo
tomo en cuenta. Es que cuando una está así... El sinsentido no da resuello. Una
cree que, en realidad, nada tiene sentido nunca. ¡Somos tan provisorios!... ¿No
le parece?
El DIPLOMÁTICO
hace un gesto ambiguo.
Mire: yo me desespero esperando; me abarroto.
No siempre tocan la tecla que me suena. Siento temor. Y envidia. Una profunda
envidia. (Pausa.)
DIPLOMÁTICO: ¿Y tiene más hermanas?
RUBIA: Ataca los claros. Dice lo que piensa.
¡Ahhh, mis otras hermanas posibles! Sí, tengo más hermanas. Hay que precaverse.
Recién lo conozco.
DIPLOMÁTICO: Señora, soy un diplomático.
XVI
SECRETARIA
2 — GÁNSTER VOLUMINOSO — JOVEN “PATO-VICA”.
Entra la SECRETARIA 2
acompañando al GÁNSTER VOLUMINOSO y al JOVEN “PATO-VICA”, quienes entran
conversando.
SECRETARIA 2: Dicen que diga: “Tomen asiento”,
dicen que diga.
GÁNSTER VOLUMINOSO (al JOVEN “PATO-VICA”): Eso de andar celoso de los maridos es un mal
asunto. No me embarco. Las mujeres al final...
JOVEN “PATO-VICA” (a la SECRETARIA 2): Está bien, no se moleste.
El GÁNSTER
VOLUMINOSO y el JOVEN “PATO-VICA” sin dejar de hablar van a sentarse. La SECRETARIA 2 sale.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Las mujeres al final se
quedan con sus recuerdos. Inclusive con el de uno.
JOVEN “PATO-VICA”: Creo que soy muy
susceptible.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Inclusive. Y mirá que de
esto sé un rato largo. Se procuran metas imposibles. El orden no hace la felicidad. Ni el
orden ni el progreso hacen la felicidad. ¡Las mujeres!... Hay que convencerse.
JOVEN “PATO-VICA”: Me opongo a ese
sentimiento. Pero no tengo alcance conmigo. Me hace desdichado. Yo no sería mi
amigo.
GÁNSTER VOLUMINOSO: No sabés cuánto daría.
Pero es necesario reconocerlo. Como dice el refrán: “Lo que no sé por dónde
entró, no sé por dónde salió”.
JOVEN “PATO-VICA”: No me pregunte cómo lo
hago. Uno nunca sabe estas cosas. O a mí me pasa: cuando trato de contarlas se
desvirtúan, se deshacen. Desaparezco detrás de lo que cuento, y lo que cuento,
imagínese, no se sostiene.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Es una comedia obvia.
¡Ellas!... Cuando quieren de vos más el jodido. ¿Quién quiere actuar? ¿Vos
querés actuar?... Y sin embargo, cualquier acto te representa. ¡Vivir,
vivir!... ¡Después me vienen con vivir!... Con que vivir es atreverse, con que
vivir es arriesgar... Todo el mundo. Con que vivir es averiguar de qué se
trata.
JOVEN “PATO-VICA”: Y a mí me mataría ser
reconocido. No salgo... no salgo... Pero no puedo evitar la lucha. Tampoco.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Todo el mundo. “Tengo
miedo del deseo que tengo de morir.” ¡Rumano loco, Ionesco! Por eso te
prevengo: tomo una posición y la fortalezco.
JOVEN “PATO-VICA”: Es un camino muy largo, muy
largo... Extenúa.
GÁNSTER VOLUMINOSO: ¡Entienden de asfixia,
nada más! ¡Arbitrarias!
Todos
miran al GÁNSTER VOLUMINOSO.
JOVEN “PATO-VICA” (con ademán): Baje la voz...
XVII
LA SIN PIERNAS — HIPPIE — HIPPIE
EMBARAZADA.
Por
puerta de lateral izquierdo entra LA SIN PIERNAS. Va hacia el HIPPIE y la HIPPIE EMBARAZADA. Les
muestra algo de la revista.
Diálogo
áfono.
HIPPIE EMBARAZADA: ... táctil ...
Diálogo
áfono.
LA SIN PIERNAS: ... Dios
proveerá ...
Diálogo
áfono.
HIPPIE: ... jactancia ...
Diálogo
áfono.
LA SIN PIERNAS: ... rudimentos
... cama camera ...
Diálogo áfono.
LA SIN PIERNAS: ... no obstante
...
Diálogo
áfono.
HIPPIE EMBARAZADA: ... “El inconsciente es el
cuerpo”: Lacan ...
Diálogo
áfono.
LA SIN PIERNAS: ... el horario ...
Diálogo
áfono.
HIPPIE: ... Todo depende de lo que uno haga
con lo que se le haga a uno” ...
Diálogo
áfono.
HIPPIE: ... la ilusión ... anónima ...
Diálogo
áfono.
XVIII
VENDEDOR
DE ESPIRALES — LOS DEMÁS.
Entra el
VENDEDOR DE ESPIRALES con un bolso. Rápidamente entrega un espiral contra
mosquitos a cada uno de los presentes, menos a MANDRAKE, EL MAGO y a LA SIN PIERNAS, quienes
se niegan a recibirlo. El VENDEDOR DE ESPIRALES se ubica de espaldas a la
puerta de lateral izquierdo, y con un espiral en una mano se dirige a todos.
VENDEDOR DE ESPIRALES: Damas y caballeros:
Siento interferir por un lapso, finalmente, corto, a los efectos de presentar a
vuestra distinguida consideración, directamente del importador al usuario,
aquello que tenéis a bien evaluar en este instante, y del que sólo por
discreción me permito no resaltar sus fines últimos, la índole de su
conveniencia, puesto que es ya extendidamente sabido cuánto no irrita ni
perturba, y que en términos de eficacia es garantido, así como reconocido su
prestigio en países del mundo que lo adoptaron sin reservas, y de lo cual hemos
adquirido información merced a publicaciones nacionales e internacionales
especializadas y a órganos en ininterrumpido contacto con un público
inteligente que no desdeña, sino que por el contrario, procura esa información
pertinente y respetuosa en lo que hace a una cada vez mayor amplitud de miras
en órdenes que nos atañen principalmente, y que hoy y ahora tengo la
satisfacción de ofrecer a ustedes a la irrisoria suma de un dólar, o peseta, o
franco suizo, o rupia, o florín, y que como si fuese poco, viene acompañado por
otros nueve, y que a quien me lo solicite, cordialmente paso a entregar.
El
VENDEDOR DE ESPIRALES —puesto que ninguno le compra— recoge los espirales
diciendo al tomar cada espiral: “Gracias”, una vez, y “Muchas gracias”, otra. Ya guardados en el bolso todos los espirales, y de espaldas a la puerta
de lateral derecho, vuelve a dirigirse a todos:
Agradezco a ustedes la atención dispensada y
me retiro, no sin antes formular sensatamente la siguiente pregunta: “¿Es donde
están y como están, donde realmente quieren estar como están?”
El
VENDEDOR DE ESPIRALES queda observando la repercusión de su pregunta. Los demás
se atisban, se miran.
El
SOLDADO DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL se incorpora a medias, y recupera su
posición anterior.
LA SIN PIERNAS se traslada hacia una nueva
ubicación. Enseguida hace otro tanto la ADOLESCENTE VOLUPTUOSA.
Cambia
de sitio el JESUITA. Luego el RABINO.
Simultáneamente
lo hacen el GÁNSTER VOLUMINOSO y el DIPLOMÁTICO.
(El
VENDEDOR DE ESPIRALES inicia una sonrisa que ampliará con paulatinidad, y que
no abandonará mientras permanezca.)
La RUBIA
se incorpora; corrige algún detalle de su indumentaria; camina sin desatender
la acción anterior; sale por puerta de lateral izquierdo.
El JOVEN
“PATO-VICA” inicia una acción de traslado, y sin que la haya concluido,
MANDRAKE, EL MAGO inicia otra.
El
HIPPIE y la HIPPIE
EMBARAZADA cambian entre sí sus lugares.
(Algunos
personajes cambian no sólo de lugar físico, sino que, también, de actitud.)
El
SOLDADO DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL se dirige hacia la LITERATA y la
SENCILLA, y se detiene frente a ellas. La SENCILLA se incorpora. El SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
se sienta en el lugar abandonado por la SENCILLA. La SENCILLA
se dirige primero hacia un sector, vacila, vacilando se dirige hacia otro, y se
sienta.
La
PELIRROJA inicia una acción de traslado, y sin que la haya concluido, inician
un nuevo traslado, el JOVEN “PATO-VICA”, quien vuelve a sentarse en su primera
ubicación, y la
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA.
La
LITERATA inicia una acción de traslado al tiempo que entra la RUBIA por puerta
de lateral izquierdo. El SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
se sienta en el sitio dejado por la LITERATA. La RUBIA
se sienta en el sitio dejado por el SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
(Debe
entenderse que no son éstos los únicos traslados posibles, ni que la sucesión
descripta sea inalterable. Inclusive podría optarse por algún otro desplazamiento,
aun después de la desaparición del VENDEDOR DE ESPIRALES.)
El
VENDEDOR DE ESPIRALES sale.
XIX
¿TODOS?
Simultáneamente
se inician conversaciones áfonas. Al cabo de un lapso algunas conversaciones se
interrumpen.
XX
RABINO
— ADOLESCENTE VOLUPTUOSA.
RABINO: Llevaba una capa raída y sucia, de
color que alguna vez fue blanco. Y un sombrero de ala ancha que, desde luego,
alguna vez fue moda. Y era cortés en el trato, y cauto, y hasta delicado,
tanto, como aquellos a los que algunas veces se los reconocía caballeros.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno!...
RABINO: Sí, pero se ve que ya no era de este
mundo; de este, que alguna vez fue mundo. Perdí con él más que un hermano. El
me lo recordó. Sólo su rostro. ¡Su rostro!... Que alguna vez fue hermoso.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno!...
XXI
SENCILLA
— RUBIA — PELIRROJA — SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL — JOVEN “PATO-VICA” — DIPLOMÁTICO.
SENCILLA: La semana pasada pasé un momento
desagradable. Estaba haciendo cola para entrar al cine cuando sentí una
sensación tan rara como nunca. Realmente, pensé que me desmayaría o algo por el
estilo.
RUBIA: Qué suerte tiene de haber ido al cine.
Si yo pudiese ir al cine sentiría que no tengo de qué quejarme.
PELIRROJA: Sé lo que la señora quiere decir.
Yo también me siento así, sólo que yo hubiese tenido que abandonar la cola.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¿No probó inclinarse? Esto hace que la sangre vuelva a la cabeza. Creí entender
que usted se sintió desmayar.
SENCILLA: No era desmayo, precisamente.
RUBIA: Siempre he pensado que el hacer
ejercicio es muy bueno. No sé si esto será lo que quiere decir el señor.
PELIRROJA: Yo creo que hay que usar la fuerza
de voluntad. Eso es lo que me preocupa; yo no tengo nada de voluntad.
JOVEN “PATO-VICA”: Me ocurrió algo similar la
semana pasada, sólo que no estaba haciendo cola. Estaba sentado tranquilamente
en mi casa cuando...
DIPLOMÁTICO: Tiene suerte de poder estar
sentado en su casa, tranquilamente. Si yo pudiera hacerlo, consideraría que no
tengo nada que me preocupe.
PELIRROJA: Yo puedo sentarme tranquilamente en
casa, muy bien, pero lo que me preocupa es que nunca soy capaz de salir a
ninguna parte. Si usted no se puede quedar en casa, ¿por qué no va al cine o
algo así?...
XXII
HIPPIE EMBARAZADA — HIPPIE.
HIPPIE EMBARAZADA: Me molesta que estés
molesto.
HIPPIE: No estoy molesto.
HIPPIE EMBARAZADA: Me molesta que no te
moleste que yo esté molesta porque vos estás molesto.
HIPPIE: Y a mí me molesta que te moleste que
no me moleste que te moleste que yo esté molesto, cuando no lo estoy.
Pausa.
HIPPIE EMBARAZADA: Me juzgás mal.
HIPPIE: No te juzgo mal.
HIPPIE EMBARAZADA: Me juzgás mal al pensar que
me juzgás mal.
Pausa.
HIPPIE: Perdoname.
HIPPIE EMBARAZADA: No.
HIPPIE: Nunca te voy a perdonar que no me
perdones.
XXIII
LA SIN PIERNAS — GÁNSTER VOLUMINOSO —
JESUITA — MANDRAKE, EL MAGO — LOS DEMÁS — VIEJITO.
Diálogo
áfono entre LA SIN PIERNAS,
el GANG-STER VOLUMINOSO y el JESUITA. De pronto, muy sonrientes, hacen ademanes
y gestos amplios hacia MANDRAKE, EL MAGO, quien sonriendo también, hace gestos
de negación, hasta que se oye:
LA SIN PIERNAS: ¡Aunque sea uno,
pero bueno!
GÁNSTER VOLUMINOSO: Todos son buenos. ¡Uno,
don Mandrake!
LA SIN PIERNAS: ¡Sí, uno!
JESUITA: Aproveche la audiencia.
LA SIN PIERNAS: ¡Es volver a
vivir!
GÁNSTER VOLUMINOSO: ¿Qué, es un problema de cachet?
MANDRAKE, EL MAGO: No, por favor.
JESUITA: ¡El que usted quiera!
LA SIN PIERNAS: Seguro que a
toda esta gente le gustaría.
GÁNSTER VOLUMINOSO: ¡Déle, anímese!
LA SIN PIERNAS: ¡Sí!
MANDRAKE, EL MAGO: No sé si hay quórum...
GÁNSTER VOLUMINOSO: ¡Eeeehh!, si no va a haber
quórum para usted...
JESUITA: ¿Qué dice, señor Mandrake?
LA SIN PIERNAS: Sí, cómo no va a
haber. Ya va a ver...
MANDRAKE, EL MAGO: Voy a probar uno, en todo caso.
LA SIN PIERNAS: Sí, Mandrake, lo
que prefiera.
JESUITA: Imagínese, para nosotros...
LA SIN PIERNAS: Es para verlo en
acción.
GÁNSTER VOLUMINOSO: Espere, no se preocupe...
(Se acerca a los demás.) El señor
Mandrake, el mago, nos va a hacer... (Dirigiéndose
al JESUITA.) Mejor usted, padre.
JESUITA: El señor Mandrake, el mago, a nuestra
solicitud, accede a hacernos uno de sus maravillosos trucos; y... bueno,
descontamos la unanimidad...
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¡Sí, por supuesto, muy agradecidos!
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno!...
SENCILLA: ¡Ay, sí, muy bien!
LITERATA: ¡Fantástico!...
DIPLOMÁTICO: El es también un diplomático. A
su manera.
RUBIA: No sabía que él era...
SENCILLA: ¡Y mi marido se lo pierde!...
MANDRAKE,
EL MAGO se incorpora y apresta. Gran expectativa.
MANDRAKE, EL MAGO: Bien, para esta prueba
necesito de ustedes que no hablen ni respiren. Vamos a parir. Que no pestañeen
ni se miren. (Se saca la galera, se
concentra, hace pases mágicos.) “¡El corazón del cuerpo de afuera y el
corazón del cuerpo de adentro!” (De golpe
disminuye la luz, hasta penumbra.)
LOS DEMÁS: ¡Ooooohhhhh!... (Vuelve la luz.)
MANDRAKE, EL MAGO (con ademanes): “¡No una flor con pétalos de flor: una flor con
pétalos de flores!” (De golpe disminuye
la luz, hasta penumbra.)
LOS DEMÁS: ¡Ooooohhhhh!...
MANDRAKE, EL MAGO (con ampulosidad): “¡Restos diurnos!”
Oscuridad
total. Pausa. Se ilumina como hasta antes de decrecer. En lateral derecho hay
un nuevo personaje: el VIEJITO. Pausa. Todos miran al VIEJITO y se miran entre
sí.
MANDRAKE, EL MAGO: ¿Para qué pedí silencio?
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¡Muy bien!...
JOVEN “PATO-VICA”: Tengo una curiosidad...
GÁNSTER VOLUMINOSO: Sin abusar.
LITERATA (a
MANDRAKE, EL MAGO): Después quisiera hablar con usted.
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA: ¡Bueno!...
HIPPIE EMBARAZADA (al HIPPIE): ¿Viste?
SENCILLA: ¡Qué moderno!
RUBIA: ¿Uno solo?
HIPPIE (a
la HIPPIE EMBARAZADA):
Vi.
LA SIN PIERNAS (a la RUBIA): Sí.
MANDRAKE, EL MAGO: Me voy a sentar.
JOVEN “PATO-VICA”: Señor...
MANDRAKE, EL MAGO: Total...
JOVEN “PATO-VICA”: Mandrake...
PELIRROJA: Lo felicito.
RUBIA: Lo felicito. Yo también.
DIPLOMÁTICO (a la RUBIA):
¿Y ese viejito?...
SENCILLA: ¡Qué amor!
RUBIA: ¿Será?...
GÁNSTER VOLUMINOSO: ¡Y es el más famoso!
RABINO (al
JESUITA): Estas cosas...
JESUITA (a
MANDRAKE, EL MAGO): Sinceramente...
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(a MANDRAKE, EL MAGO): Sí, yo
comparto.
El
VIEJITO comienza a caminar. Tropieza con los pies de la PELIRROJA. Mira
desde cerquísimo el rostro de la PELIRROJA. Mira a otros, aunque no en todos los
casos el rostro, siempre aproximándose mucho. Los demás, en silencio, se hacen
discretos gestos, algunos sonríen. El VIEJITO cesa su rastreo al encontrar un
asiento desocupado. Se sienta. Pausa. Todos miran al VIEJITO, quien con
parsimonia busca y rebusca en sus bolsillos, hasta extraer, por fin, un
“numerito” como el de los demás. Se irá adormeciendo.
XXIV
¿TODOS?,
EXCEPTO EL VIEJITO.
Simultáneamente
se inician diálogos ya ocurridos a lo largo de la representación. Al
cabo de un lapso algunas conversaciones se interrumpen, otras continúan áfonas.
(Sólo prosigue fónicamente el diálogo que supuestamente iniciado en esta
instancia, conforma el de la siguiente instancia XXV.)
XXV
HIPPIE
— HIPPIE EMBARAZADA.
HIPPIE: Lo malo con vos es que me tenés
envidia.
HIPPIE EMBARAZADA: Lo malo con vos es que
pienses eso.
Pausa.
HIPPIE: Nunca reconocés mis méritos. No podés
soportar la idea de admitirlos.
HIPPIE EMBARAZADA: En eso te equivocás. No
podés soportar la idea de que no me importen.
Pausa.
HIPPIE: Además, no podés dejar de proyectar.
La frígida sos vos.
HIPPIE EMBARAZADA: No lo era cuando te conocí.
(Pausa.) Al menos podemos ser amigos.
HIPPIE: Desde luego. En ningún momento he
dejado de ser amigo tuyo.
XXVI
LITERATA
— MANDRAKE, EL MAGO.
LITERATA: ¿Duele?
MANDRAKE, EL MAGO: ¿Si duele?
LITERATA: Sí. Debe doler.
MANDRAKE, EL MAGO: No es tanto el dolor, sino
que sangra.
LITERATA: Pero impresiona.
MANDRAKE, EL MAGO: Desde luego. Si uno es
impresionable...
LITERATA: Yo pensé que...
MANDRAKE, EL MAGO: Y en el momento duele un
poco; pero es un dolor sonoro, porque uno siente que le abren la cabeza.
LITERATA: ¿Y ellos se salpican?
MANDRAKE, EL MAGO: Y, sí. Imagínese. Ahora,
que, cicatriza rápido.
LITERATA: A usted le quedó muy bien.
MANDRAKE, EL MAGO: Me quedó lo mejor que se
puede. Y le aseguro que me era imprescindible.
LITERATA: ¿Por su trabajo?
MANDRAKE, EL MAGO: Y... las presentaciones...
Es una técnica relativamente nueva.
LITERATA: ¡Perfecto le quedó!
MANDRAKE, EL MAGO: Mejor si tomara sol.
LITERATA: ¿No toma?
XXVII
SECRETARIO
— ÁNGEL — LOS DEMÁS.
Siendo
las 15,30 horas se oye un campanazo al tiempo que entra el SECRETARIO
acompañando al ÁNGEL —sin los anteojos puestos—.
SECRETARIO: Dicen que diga: “Lo llamaremos por
el numerito”, dicen que diga.
ÁNGEL: ¿Toda esta gente?
SECRETARIO: Toda. Dispense. (Dirigiéndose a los demás.) “¿Es donde
están y como están donde realmente quieren estar como están?...”
El
SECRETARIO sale. El ÁNGEL se encamina hacia los niños abriendo su maletín
blanco y sacando de allí una gran sábana blanca con la que los cubre, al tiempo
que los demás —excepto el VIEJITO— abandonan rápidamente sus lugares y ocupan
otros. El HIPPIE y la
HIPPIE EMBARAZADA cambian entre sí sus lugares. La SENCILLA se incorpora y
va hacia un asiento desocupado que la
RUBIA ocupa antes. Vuelve hacia el asiento que acaba de
dejar, pero la
ADOLESCENTE VOLUPTUOSA lo ocupa antes. Queda de pie. El ÁNGEL
se sienta y se coloca los anteojos. Es observado disimuladamente por los demás.
La ADOLESCENTE
VOLUPTUOSA y la
RUBIA se incorporan, caminan hacia la puerta de lateral
izquierdo, salen. La SENCILLA
se sienta en el sitio dejado por la
RUBIA.
XXVIII
SOLDADO
DE LA PRIMERA
GUERRA MUNDIAL — PELIRROJA.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(a la PELIRROJA, que se hace la
indiferente): ¿Lo que a usted le molesta es el humanismo de los humanistas,
verdad?... “¿El uniforme complica mis intenciones?”, dígamelo. No me
sorprendería, no es la primera vez. “Deme una chance, sea buena”, esbozo. Con
qué ansias me lustraría estas pesadas botas... (Pausa.) “Asentado sobre mi sombra su pie desposeído.” Por ahí no
va. “El amor es un problema de hormonas”: M. Bunge. No y no. Todo infructuoso.
Hay algo en mí que... Creí que antes, usted... ¿Recuerda?... Porque de pronto,
fue un segundo... Mire, le juro... Ya sé: no se debe jurar. Preferiría que no
lamente el haberme conocido. Ayer estuve acuartelado. (Pausa.) No y no. (Deja de
dirigirse a la PELIRROJA.) No tengo más. “No te des por vencido...” No
tengo más. No sé qué es lo que no sé, ni sé qué es lo que no entiendo.
Desvencijado. Des... cuajeringado. Quejoso. No y no. Y no y sin embargo, sí. (Se dirige a la PELIRROJA.) Yo le cedería
la pared. La
protegería. A mi lado estaría libre y resguardada. Nada de pegoteo. Yo, no.
Usted como usted. (Pausa.) ¿Cómo es
ahora?... ¿Cómo?... Ahora... ¡Siento por usted tanta propensión! Puedo... (La PELIRROJA evidencia interés por el
SOLDADO DE LA
PRIMERA GUERRA MUNDIAL.) Disculpe. Es que estas horas
cerca suyo... Compartiendo. Mire, no lo tome a mal... Su perfume... ¡Qué bien
casados su perfume y usted!... ¿Tiene nombre?... Me gustaría saber su nombre.
Aunque no me permita nombrarla. En voz alta. Señora o señorita. Sólo para mí.
PELIRROJA: Graciela.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
Graciela.
PELIRROJA: ¿Y usted?
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
¿Yo?... ¿¡Usted me pregunta!?
PELIRROJA: ¿Cómo se llama? ¿Tiene nombre?
¿Cómo se dejaría llamar por mí?
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
Guido.
XXIX
ÁNGEL —
DIPLOMÁTICO — JESUITA — ADOLESCENTE VOLUPTUOSA — RUBIA — LA SIN PIERNAS — SENCILLA
— HIPPIE — HIPPIE EMBARAZADA — JOVEN “PATO-VICA”.
El ÁNGEL
se incorpora. Vuelve a sentarse. Se estremece. El DIPLOMÁTICO tose. El JESUITA
se masajea una pierna. Por puerta de lateral izquierdo entran la ADOLESCENTE VOLUPTUOSA
y la RUBIA. Se
sientan una al lado de la
otra. LA SIN PIERNAS quema la hoja de un diario con el
cigarrillo. La SENCILLA
se come las uñas. El HIPPIE y la HIPPIE EMBARAZADA miran él hacia un lado, ella
hacia el otro. El DIPLOMÁTICO se suena la nariz. El JOVEN
“PATO-VICA” se aprieta las sienes con las manos.
XXX
RABINO
— JOVEN “PATO-VICA”.
RABINO: Llevaba una capa raída y sucia, de
color que alguna vez fue blanco. Y un sombrero de ala ancha, que, desde luego,
alguna vez fue moda. Y era cortés en el trato, y cauto, y hasta delicado,
tanto, como aquellos a los que algunas veces se los reconocía caballeros.
JOVEN “PATO-VICA”: Creo que soy muy
susceptible.
RABINO: Sí, pero se ve que ya no era de este
mundo; de este, que alguna vez fue mundo. Perdí con él más que un hermano. El
me lo recordó. Sólo su rostro. ¡Su rostro!... Que alguna vez fue hermoso.
JOVEN “PATO-VICA”: Es un camino muy largo, muy
largo... Extenúa.
XXXI
SECRETARIO
— SECRETARIA 1 — SECRETARIA 2 — LOS DEMÁS.
Se oye
un campanazo al tiempo que entran el SECRETARIO, la SECRETARIA 1 y la SECRETARIA 2. La SECRETARIA 1 trae un
pincho de escritorio. La
SECRETARIA 2 toma por orden de ingreso a la sala de espera,
cada uno de los “numeritos” y los clava en el pincho que sostiene la SECRETARIA 1. El
SECRETARIO observa los ceniceros, el revistero, etc. Toma de las manos de LA SIN PIERNAS el diario,
y lo coloca en el revistero. Toma de las manos del JESUITA una revista, y la
coloca en el revistero. El ÁNGEL se aproxima al SECRETARIO y le habla al oído,
haciendo gestos de desagrado. Los demás, excepto el VIEJITO que continúa
dormido, se incorporan y salen. Entre los últimos en hacerlo, están MANDRAKE,
EL MAGO, LA SIN PIERNAS,
la PELIRROJA,
el SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL, y el ÁNGEL, quien camina sin dejar de hablarle al
oído al SECRETARIO, imperturbable, el que sale también.
SOLDADO DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
(hacia los niños debajo de la gran sábana):
“¡Las comas también se cantan!”: ¡Goyeneche!
Las
SECRETARIAS 1 y 2 apagan luces y salen. Un haz de luz ilumina al VIEJITO
dormido y a los niños moviéndose debajo de la gran sábana. Luz en resistencia
que decrece. Telón.
Asombra la diversidad de figuras e individualidades que transitan este proscenio. Lina
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