jueves, 21 de julio de 2016

Ascensión Reyes (Comentario libro)-Chile/Julio de 2016

CUENTOS DE JORGE EDWARDS VALDÉS
      Nacido en el seno de la familia Edwards y educado por los religiosos jesuitas, Jorge es, junto con José Donoso, uno de los más destacados representantes de la narrativa chilena. Graduado en Derecho por la Universidad de Chile en 1958, comenzó la carrera diplomática y fue enviado por el gobierno chileno en 1959 a la Universidad de Princeton (Estados Unidos) para estudiar ciencias políticas. En 1962 fue nombrado secretario de la Embajada de Chile en París, regresando al país en 1967, donde ostentó el cargo de Jefe del Departamento de Europa Oriental en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Durante este período publicó sus libros de cuentos "El Patio", "Gente de la Ciudad" y "Las Máscaras" y la novela "El Peso de la Noche". Durante su primera misión diplomática en París trabó amistad con Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez y Julio Cortázar, entre otros. Su nombre está asociado, por lo tanto, con el llamado boom latinoamericano.
      Su consagración vendría sin embargo más tarde. En 1971, el gobierno de Salvador Allende le envió como embajador a la Cuba de Fidel Castro, puesto en el que estuvo apenas tres meses, debido a sus discrepancias con el gobierno revolucionario cubano y sus críticas a las facetas dictatoriales de ese gobierno. Fruto de sus experiencias en Cuba, Edwards, fue declarado persona non grata y exigida su salida de la isla. Sería su obra Persona non grata (1973), por la que ganó notoriedad, y en la que realiza una crítica sobria y a la vez corrosiva contra el estalinismo y el régimen socialista cubano. La obra, que conseguiría el raro mérito de estar prohibida simultáneamente por la dictadura chilena y el gobierno cubano, le granjeó la enemistad de las fuerzas políticas de izquierda y creó una gran polémica entre los escritores latinoamericanos.
      A su regreso de Cuba, Edwards fue enviado de nuevo como secretario de la embajada a París, donde estaría a las órdenes de Pablo Neruda. En el gobierno militar de Augusto Pinochet, se vio forzado a abandonar la carrera diplomática, exiliándose en Barcelona (España), donde trabajaría en la editorial Seix Barral y dedicándose a la literatura y el periodismo.
      Edwards no regresaría a Chile hasta 1978, donde fue uno de los fundadores y posteriormente presidente del Comité de Defensa de la Libertad de Expresión. Restablecida la democracia en Chile, el presidente Eduardo Frei lo nombró embajador de Chile ante la UNESCO (1994 - 1996). En 1994 recibió en Chile el premio Nacional de Literatura. En 1999 obtuvo el principal galardón literario en lengua española, el premio Cervantes.
      La obra de Jorge Edwards Valdés, consiste fundamentalmente en novelas y relatos cortos. La temática de Edwards, supuso un distanciamiento de la habitual en la literatura chilena, ya que en lugar de abordar la vida rural, se centró en los ambientes urbanos y la clase media alta de su país.


COMENTARIO DE TRES DE SUS CUENTOS

      Jorge Edwards Valdés, escritor chileno,  tiene una extraña forma de manejar sus trabajos. Enfoca sutilmente las carencias psicológicas de sus personajes, enlazando su problemática con un entorno cotidiano y normal. Tiene el oficio del cronista, aunque los cuentos tienen los elementos ineludibles en su construcción, para ser catalogados de tales. Lo único desconcertante es su final diluido en una frase que aparentemente no tiene sentido. Sin embargo, posteriormente viene la degustación de la historia y se advierte la profundidad de ella, más allá de lo contado, más allá de lo descrito.          
      Edwards tiene el oficio del escritor francés Montaigne, su favorito, y de otros grandes de la literatura europea. Su lectura debe hacerse con calma, todo se dice, pero lo que no se dice es lo que hay que descubrir. El discurso subyacente de lo que se esconde detrás de las Máscaras del diario vivir.

GRISELDA

      La narración está en manos de su protagonista, una niña que sufre de una anormalidad siquiátrica. Está muy bien descrita la patología, delirio de persecución. De tal manera que el lector va observando con los ojos de su protagonista todos los aconteceres que ocurren en su entorno.      

DESPUÉS DE LA PROCESIÓN
      Un omnisciente casi testigo describe una página de la tradición Santiaguina, la procesión de la Virgen del Carmen por el centro de la ciudad. Su descripción es con lujos de detalles, ensamblándola con el despertar de la protagonista, una jovencita que ya sueña con la imagen de un joven, en este caso, de un primo a quien sólo vio en una despedida. Si careciera de estos personajes se podría decir que es una crónica lineal y nada más. Sin embargo, el hilo conductor de la historia se va enlazando sutilmente con la descripción del ambiente, sin quitar el protagonismo de Isabel, en ningún momento. Su final es incierto, abierto y desconcertante. Un lector purista del cuento tradicional se siente estafado.

LA EXPERIENCIA
      Escrito en primera persona, un varón, de mediana edad, hijo único de madre posesiva y melindrosa, separado de su mujer. Al cabo de un tiempo llega a vivir a un departamento modesto, pero que cumple con los requerimientos de independencia y comodidad. Describe muy bien los estados mentales del protagonista y las características de cada personaje, enlazando la descripción del entorno con los personajes secundarios. Sin duda leer esta historia de comienzo a fin,  es grato, salvo que el final es obvio, no hay sorpresa ni misterio.


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