Como dos extraños
Revista Literarte creada en Noviembre de 2001 para la difusión de todas las disciplinas del arte.Declarada de Interés Cultural por el Honorable Concejo Deliberante de Vicente López en Diciembre de 2002. DECLARADA DE INTERÉS CULTURAL POR LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA PRESIDENCIA DE LA NACIÓN ARGENTINA SEGÚN RESOLUCIÓN 1706/10, en Junio de 2010 Si querés publicar tu texto, música, pinturas, esculturas, danzas; enviá el material a: revistadigitalliterarte@gmail.com
jueves, 21 de mayo de 2020
Madelaine Vargas, 11 años-Argentina/Mayo de 2020
POESÍA CON LA PROFESIÓN DE PEDIATRA
Yo cuando sea grande
quiero ser pediatra
como la señorita que vive
enfrente de mi casa.
La señorita es muy tierna
porque trabaja en el hospital Alberta.
Por eso yo voy a trabajar
En el hospital Albercas.
Porque ahí siempre te hablan
con sinceridad.
quiero ser pediatra
como la señorita que vive
enfrente de mi casa.
La señorita es muy tierna
porque trabaja en el hospital Alberta.
Por eso yo voy a trabajar
En el hospital Albercas.
Porque ahí siempre te hablan
con sinceridad.
María Cristina Martínez-Argentina/Mayo de 2020
DESPERTAR DEL SUEÑO
Y por fin pasó lo que todos esperaban que pasara, inclusive vos y yo, íntimamente deseábamos que esto sucediera...
Que la desilusión fuera tan grande que nublara al amor, que se esfumaran las ganas de esperarte, que la vida nos presentara una excusa para no tener que arriesgarnos...
Y ahí estamos, parados uno frente al otro como dos desconocidos. Estás frente a mí, o está este otro, sideralmente distante de aquel hombre de quien me enamoré.
Y yo... que me sentía tan capaz de leerte tan dentro del alma, lo que realmente querías ser y las presiones del mundo que te rodeaba no te permitían que fueras, siento ahora que fui una tonta ilusa, que creí en un hombre que jamás había existido.
No sé a dónde fue aquel que me apretaba la mano mientras me miraba a los ojos y no necesitaba decir nada, porque el mundo se perdía y las palabras no hacían falta...
Ahora llegó este, que quizá siempre fue el mismo, qué sé yo... este a quien no le importa herirme, ese que no se atreve a sostenerme la mirada, ese que no es ni la sombra de aquel que amé. Y ya no puedo amarte, ni justificarte, ni soñarte diferente. A veces es bueno despertar de los sueños, aunque duela.
Y por fin pasó lo que todos esperaban que pasara, inclusive vos y yo, íntimamente deseábamos que esto sucediera...
Que la desilusión fuera tan grande que nublara al amor, que se esfumaran las ganas de esperarte, que la vida nos presentara una excusa para no tener que arriesgarnos...
Y ahí estamos, parados uno frente al otro como dos desconocidos. Estás frente a mí, o está este otro, sideralmente distante de aquel hombre de quien me enamoré.
Y yo... que me sentía tan capaz de leerte tan dentro del alma, lo que realmente querías ser y las presiones del mundo que te rodeaba no te permitían que fueras, siento ahora que fui una tonta ilusa, que creí en un hombre que jamás había existido.
No sé a dónde fue aquel que me apretaba la mano mientras me miraba a los ojos y no necesitaba decir nada, porque el mundo se perdía y las palabras no hacían falta...
Ahora llegó este, que quizá siempre fue el mismo, qué sé yo... este a quien no le importa herirme, ese que no se atreve a sostenerme la mirada, ese que no es ni la sombra de aquel que amé. Y ya no puedo amarte, ni justificarte, ni soñarte diferente. A veces es bueno despertar de los sueños, aunque duela.
Apio Corleone-México/Mayo de 2020
No…
No, no me digas nada.
Sé que el calor de tus besos ya no es mío, que el aroma de tu piel se esfuma de mi aliento, que el fuego de tus besos se extingue con cada ocaso, que el rose de tus dedos se vuelve áspero, que tus abrazos son de cristal. No, no me digas nada, sé que te has ido y que mi hechizo se fue de tus ojos, mi pena ahora es solo mía, tú no me darás auxilio a la asfixia de mi alma porque tú mismo me estás ahogando, tú que llorabas por mi ahora me estás haciendo pedazos, trozos de mi corazón que trataré de unir con el crisol del sufrimiento...
Te amo, te odio, me muero.
No, no me digas nada.
Sé que el calor de tus besos ya no es mío, que el aroma de tu piel se esfuma de mi aliento, que el fuego de tus besos se extingue con cada ocaso, que el rose de tus dedos se vuelve áspero, que tus abrazos son de cristal. No, no me digas nada, sé que te has ido y que mi hechizo se fue de tus ojos, mi pena ahora es solo mía, tú no me darás auxilio a la asfixia de mi alma porque tú mismo me estás ahogando, tú que llorabas por mi ahora me estás haciendo pedazos, trozos de mi corazón que trataré de unir con el crisol del sufrimiento...
Te amo, te odio, me muero.
Luciano Diego Zavala Cofone-Argentina/Mayo de 2020
Así funciono yo
Me encanta leer y escribir
Porque me ayuda mejor
A comprender detalles
Que vivo diariamente
Como que la amistad
Debe ser algo mutuo
Es ocuparse del otro
Y también preocuparse
Es feo mendigar amor
Tener ganas de querer
Cuando del otro lado
Nunca hay respuesta
Pero un libro no siempre
Tiene la solución a todo
Mucho lo veo en la calle
Con el humano en acción
Hay historias de todo tipo
Yina (Alicia Tagle)-Argentina/Mayo de 2020
¡Cómo
decir!
Cuando
escapa todo
carril de
sentimiento.
Silencio
con espanto,
verdad,
mentira, todo.
Que la
ilusión partió
de su
boca deseada,
por un
amor a escondida.
Corazón
que él rompió.
Error
grande de confiar.
Sentir
que algo nació,
Sin
permisos, llaga a curar,
miradas,
besos que él ignoró.