viernes, 18 de marzo de 2022

Carmen Guzmán Cedeño-Venezuela/Marzo de 2021


 

No despiertes el colibrí que besa

 

No, no despiertes

mis alas de gaviotas

nocturnas,

que se plegaron

Para en dulce sueño

Dormirse en lo alto

Del faro.

No despiertes…

Ese cosquilleo

de colibrí que besa,

los pistilos que se

Asoman en mi ajustada blusa

De rojo satín.

No despiertes …

Este fulgor de luna sola

Escondida en la esquina

De una calle de abril.

No despiertes mi boca

Un beso descalzo secó

su cauce

Y yace escondido entre juajillos

a la orilla del río.

No despiertes…

Mi callada soledad

Que se mece y estremece

A medio amar, a medio mar

Anclada entre iridiscentes

Corales que confidentes susurran

El temor a los crepúsculos.

Más, si el sonido de tu caudal

de besos,

ardoroso

Se abre brecha y ocupa

Mi lecho seco…

¡Despierta, despiértame toda!

Con tu verbo de brasa

Con tu sed de mis aguas.

Con tus manos colmadas

de brillantinas...

¡ inúndame toda, vuélveme manantial!

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