Historia de una Mujer Maltratada
Como duele aquella herida,
Sin cura para sanarla,
Pero más duele prestarla
Al que no ama la vida,
Pues se convierte en suicida
Quien a mujer no respete
O trate como un juguete
Haciendo su alma pedazos,
Oyendo con cada paso
El sonido de un grillete.
Da pena, no se concibe
El silencio de aquel llanto,
Aquella cara de espanto
Cuando caricias recibe,
Ella sabe que es proclive
De hematomas su figura,
Su vida es una amargura,
La violencia es el regalo
Que recibe de aquel galo
Que la atormenta y tortura.
Quiere abortar la misión
Y gritar fuerte, ¡ya basta!,
Quiere poner en subasta
Su pequeño corazón,
Es dueña de aquel rincón
Que le sirve de agujero,
Dibujando aquel sendero
Con su llanto y su gemido,
Mientras que aquel pervertido
Dice ser su compañero.
Ya quiso hacer su visita
Al reino de Satanás,
Dice que no puede más,
Su figura lo acredita,
Mientras su captor la invita
A otra ronda de trompones
Y nacen más moretones
Dibujados en su piel,
Se siente un olor a hiel
Y caen las ilusiones.
Pide cada día a Dios
Que derrumbe los barrotes
Y destruya los azotes
De aquel cerdo tan atroz,
Pide con su débil voz
Que acabe la pesadilla,
Pide remar a la orilla
De aquel océano inmenso,
Porque no existe un consenso
Ni existe aquel sol que brilla.
Ella lleva varios años
Planeando su eterna fuga,
Tan simple como una oruga
No avanza ni tres peldaños,
Cuando ensangrentados paños
Lavaba de su marido
Se oye lejos un sonido
De sirenas policiales,
En su hogar hay oficiales
Y un ambiente confundido.
Le informan que en la mañana
Varias balas se han paseado,
Que gatillos se han jalado
Penetrando carne humana,
También a aquella membrana
Que a su esposo pertenece
Y en su mudez entristece
Aquella flor delicada,
Quien ha sido ya librada
Pareciendo que amanece.
Ya no existe la caricia
Que a su cuerpo violentaba,
Ya no vive quien violaba
Su virtud y su delicia,
Ha llegado la justicia
Se ha cumplido aquel anhelo,
Como si Dios en el cielo
Escuchase su oración,
Ahora late un corazón
Y hay un rayo de consuelo.
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