¡Ay guitarra!
Cuántas manos te han tocado ...
Como la piel sensual de mujer.
Han soñado en cantos sus temblorosos besos...
Y abrazan los sonidos para dormirse...
¡Entre arrumacos y delirios!
Cantor de madrugadas y su vaso por amistad.
Da vuelo a tu improvisado canto...
Embelesas a los escuchas...
Una gran rueda de payadas
bordoneando el ambiente ...
Entre silencios, risas y trinos de pájaros.
¡Qué tus voces no acallen!
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