miércoles, 21 de diciembre de 2011

María Rosa Rzepka-Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2011

EN EL NOMBRE DE TODOS


El sol se ha suicidado en el ocaso.
cansado de alumbrar tanta miseria.
Las sombras encorvadas de los hombres sin hombros.
Las chimeneas desnudas de humo, incandescencia.
El puerto desaparecido tras los contenedores
que vienen de otras tierras.
No quiere ver las putas cambiando por dos pesos
un sexo desgastado.
Prefiere que la noche como oscuro lagarto
presencie el espectáculo.
Detesta ver mocosos que importunan
a todo el que transita por todas las ciudades.
Se entretienen en juegos peligrosos,
mientras las horas pasan, igual que los cobardes.
Y se creen valientes, y se presumen vivos.
Escupen, vociferan, insultan al descuido.
Pero el sol los ha visto llorar por el castigo
que ganan por las noches si hay bolsillos vacíos.
Los ha visto azorados presenciar cosas sucias,
o formar parte de ellas y cerrar fuerte el pico.
Sol, decime ¿ que hacemos?.
No soy puta, ni fuerte, ni santa ni mendigo.
Pero igual que tus rayos, no sé donde pararme.
No alcanza mi lamento, quiero brindar abrigo.
En nombre de los niños.
En nombre de las madres que sufren por sus hijos.
En nombre de las putas.
Y en el nombre de Cristo.

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