LA PLUMA FUENTE
Estaba terminando mi escuela primaria,
tenía miles de fantasías en mi cabeza. Era inmensamente soñadora. Sabía que mi príncipe azul estaba en alguna
parte. Leía mucho y yo siempre era la
protagonista enamorada de un amor imposible. Corriendo en el césped verde y
humedecido por el rocío de la mañana, con mi pelo al viento y el hombre de mis
sueños intentando alcanzarme…pero yo era escurridiza, me escondía tras los
árboles….hasta que por fin, me
alcanzaba…
Él era unos años mayor, lo conocí en el
club del barrio, donde iba con mis amigas a nadar y a jugar bowling. Él iba con
sus amigos a ver a las chicas nadar y jugar bowling.
Me gustaban sus ojos verdes enmarcados en
cejas negras y largas pestañas, su cara rodeada de cabellos oscuros. Era para
mí, mi príncipe azul.
Lo soñaba enfundado en sus ropajes
palaciegos, envuelto en la bruma, cabalgando en un brioso caballo blanco….y
sí…tenía que ser blanco. Todos mis pensamientos estaban llenos de clichés.
Lo imaginaba mirándome de miles de
formas…..ojos soñadores…… ojos enamorados….ojos llenos de ternura….ojos
pícaros……bueno…sus ojos siempre me conmovían.
Alguien me dijo que él gustaba de mí y si
quería ser su novia. Dije que sí.
Nos veíamos de lejos, íbamos al cine y nos
sentábamos con dos o tres amigos entre medio, solo nos mirábamos pero….éramos
novios!!!
No me dejaban salir mucho sola, él andaba
en bicicleta por el barrio y yo lo miraba por la ventana.
Una tarde lo vi con su bici parado en la
esquina de casa, tenía que salir….quería que me viera…...pero ¿cómo?.
En la vereda de enfrente había una librería. Volví a la mesa del
comedor donde estaba haciendo mi tarea escolar y tiré al piso mi lapicera fuente
y rompí la pluma, deliberadamente. Debía ir a la librería a cambiarla!!! Salí
caminando despacio, mirando el piso, pero sabiendo que él estaba allí.
Entré rápido y mientras me cambiaban la
pluma, lo miraba a través de la vidriera.
Esto se repetía a menudo, mi mamá no
entendía mi torpeza…… estaba rompiendo las plumas con demasiada frecuencia. Mi
propia inocencia no me permitía encontrar otra excusa.
Así pasaron los meses, con encuentros
furtivos, miradas de reojo……nunca un beso, nunca una caricia, nunca me tomó de
la mano….pero moría de amor!!!
Me mandaba mensajitos escritos como
garabatos en papelitos de alfajor, tenía celos de cualquier chico que se me
acercaba y se enojaba sin siquiera hablarme….teníamos temor a la cercanía…
Comencé la escuela secundaria y para mi
sorpresa….¡estaba en mi curso!! duró poco, era repetidor y poco afecto al
estudio. Se fue.
Volví a verlo muchos años después, no lo
reconocí, solo un raro parecido en el
fondo de sus ojos verdes. Me resumió su vida, yo la mía y nos despedimos con un
beso en la mejilla.
Jamás volví a verlo y él nunca supo que
fue “mi primer amor”.
Hermoso relato, me encantó.
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