Como el arcoíris
Mis ojos llorosos quedaron.
No me preguntes el porque
El verde amanecer, solo fue como lloviznas,
Bajo el sol de pleno invierno.
Estuve parada en el acantilado,
Esperando salir el sol,
Me senté frente al mar
Y el resurgir rompiente de las olas
Me despertaron,
No sé, porque se secaron mis lágrimas.
Quizás; porque no diviso la otra orilla,
O porque la llovizna no cesa,
O tal vez porque no diviso el mañana.
Espero la puesta del sol,
Solamente atardeceres que ya no son en flor.
Me levanto lentamente,
El aire fresco,
De perfumes de iodo, un leve resplandor acaricia mi piel.
Las rompientes olas contra los acantilados,
Me hablan; sacudiéndome,
Casi sin querer de las noches perpetua y doliente.
Si, bella luna que al unísono con las estrellas,
Reflejan mi rostro,
Esperé un tanto más,
Ya el amanecer saliente,
Brillante de paz.
Sereno y sonriente como el arcoíris,
Me saludan las gaviotas
Dejando en su vuelo los colores radiantes en mis ojos,
Que ya, no lloran más.
Tomado del Grupo Literarte de Facebook
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