CAVILACIONES DE UN HOMBRE FEO
Encarcelado en esta carne que madura,
camino al osario y el olvido,
miro en el fondo de mis ojos feos,
la imagen que irrita la pupila
y detesta la figura humana.
Nadie puede amar, lo que no amo.
Lo aprendí de las mujeres que pasaron
como vientos de agosto
y dejaron el polvo suspendido de mis huesos,
flotando entre preguntas.
Prisionero sigo, enredando mis versos,
en esta orfandad de la belleza
donde me agito como un pez fuera del agua .
Nadie mejor que yo sabe de negaciones,
de risas suspendidas , narices torcidas,
bocas abiertas y mudez repentina.
Arte quebrado en el vientre materno.
Esclavo de mis rutinas, enciendo el fuego
con la parsimonia del que está solo,
sin consuelo para el desconsuelo.
El tiempo no es amigo ni enemigo,
solo un fluir de necedades y promesas:
Ser más bueno, más grande, mejorado en el doblez.
Cuando la muerte es un destino insalvable,
¡para que seguir derrochando horas!
Si aún se tiene la columna recta,
es mejor tomar lo que te da la vida,
sujeto con pavor a la caricia,
porque el amor duele, en lo profundo
Libre de protestas,
sin pretensiones de armoniosa gracia
he de mirarme por ultima vez,
en el espejo de los otros,
cobijado en mi cuerpo como un vaso de vino agrio,
pero destellando igual , de inteligencia.-
Claudia;
ResponderEliminarTerriblemente hermoso, dolorosamente real.Felicitaciones.
Luis Tulio Siburu
Todo me dejó pensando. Me gustó mucho esta forma de poema, el planteo y el decir. Muy bueno.Saludos
ResponderEliminarMercedes Sáenz
MUCHAS GRACIAS POR LOS COMENTARIOS, SALUDOS A TODOS! SI SE PUEDE PRONTO COLABORARE CON OTROS POEMAS, BESO DE CLAUDIA
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