martes, 1 de enero de 2013

Oscar Alfonso Vera-Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2012

Y me lanzo a soñar
Por la Paz

Y me lanzo a soñar,
por los caminos estelares, ignotos,
sin dudar,
mis pensamientos, como gotas de rocío
en un mar inconmensurable,
los días transcurren grises,
y las nubes de dolor carcomen mi alma,
tantos niños con hambre, rugiéndole las tripas
Sin un mendrugo que calme el estomago
 acalambrado,
traspasados de desesperación,

Quién pudiera limpiarlos de avaricia,
ayúdame mundo, yo solo no puedo, soy un hombre,
solo un hombre.
un grano de arena en una playa impregnada  
de seres humanos, castigados por el horror
que causan mis propios congéneres,
por la tremenda ambición de ser más poderoso,
como si al demostrar fortaleza, doblegando al débil,
lo hiciera más humano, más justo, más noble.

En un atardecer, rojo fuego,
se desangran los pueblos invadidos,
de memorias enterradas y voces dormidas
los invasores, también llevan llagas insufribles, en su alma ambiciosa, 
no más criaturas expuestas al peligro ¿defendiendo que?,
si les han robado la vida, la niñes, su adolescencia,
creando monstruos en un mundo perdido inconciente y mordaz.

Pido paz para este mundo, de gorriones heridos,
de gaviotas, con las alas desnudas,
que calmen su dolor, sus ansias de volar
quitarlos de ese infierno, de ese abismo,
y verlos sonreír entre las flores, como mariposas
rebosadas de amor, en verdes praderas.

Gocemos de una tierra diferente,
cubierta de bondad, de trabajo, de esperanzas
mecernos unidos, sobre un mar de rosas sutiles,
en olas de hermandad,
cuidados por el ojo avizor, imperturbable,  
de Dios. Padre.


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