Helenka Wierzbicki
Sin Tìtulo
Tecnica:
Acrilico s/tela.
Medida: 55x80 cm.
Medida: 55x80 cm.
QUÉ FÁCIL ES PARA TI
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Qué fácil es para ti
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pedir perdón y decir –olvídame-
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alguien me advirtió que no es lo mismo a los veinte
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que veinte años después,
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una desilusión a cualquier tiempo
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es una daga en el pecho
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pero hay ocasiones en que es mortal
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un desamor, un golpe, un delirio.
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Tuve el infortunio de comprobarlo
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de quienes menos esperé un desdén
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pero la vida es así, va y viene
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a veces da y quita,
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si algo hice en el pasado
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contigo lo pagué
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con tu silencio y tu mortal despedida
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con tu adiós sin explicación y sin tregua.
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Por supuesto que no sé lo que tú padeces
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jamás me has dicho cómo carajos te sientes
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mis dotes de adivina las perdí en esta vida
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da la casualidad, estúpido ignorante
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que yo sí sé lo que sufro,
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pero lo que tu lloras,
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si es que es cierto
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no lo sé.
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Y la verdad me duele que tú sufras
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pero no sufres por mí, sino por tu tonta decisión,
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por haber sentido que redimías mi alma
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como Pilatos al decidir por mí también,
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pero da la casualidad que él no decidió por Jesús
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lo dejó para que fuera carne de cañón
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y tú si decidiste por mí,
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por mi futuro
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¿y ahora vienes a decirme que mis palabras te matan?
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Eso casi lo viví yo cuando me dijiste adiós
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porque cuando uno ama como te amé yo
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y lo digo con orgullo, no con pena
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al recibir un adiós tan frío
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tan cruel como el tuyo
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lo único que se quiere es morir en el acto,
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sin embargo te tengo una noticia
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pero no te daré el gusto.
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Sufras o no por tu pendejismo
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yo sigo aquí y seguiré luchando
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por la única persona en este mundo que lo vale
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por la única que en verdad lo merece,
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es una mujer que todos los días miro en el espejo
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y me sonríe, sabedora que detrás de la puerta
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habrá un tesoro más valioso que el tuyo.
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Qué fácil es para ti
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pedir perdón y decir –olvídame-
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alguien me advirtió que no es lo mismo a los veinte
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claro que no lo es, no puede serlo
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porque ahora el hombre que esté conmigo
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será el rey de mi principado
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y tú, hombre de poca fe, solo podrás contemplarlo
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como ve alguien algo muy valioso
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y mira sus bolsillos vacíos,
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alejándose porque no puede comprarlo.
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