Amelia Arellano
comenta “Revagliatti – Antología Poética” con selección y prólogo de Eduardo
Dalter.
Rolando: He
leído con apasionamiento tu libro. Aun con sorpresa. Encontrar en un pasillo
virtual a alguien y que te envíe un libro. Me remite, desde algún lugar al
Chiquito Escudero, por la trasgresión a las formas y a las reglas gramaticales,
sintaxis, etc.
He leído
tu poesía, que por momentos parece una cuerda, que se tensa, que se afloja, que
amenaza con romper la realidad pero vuelve, transformada. Una poesía -como bien
dice Eduardo Dalter- que termina derivando en el sainete, que recorre
intrincados recodos, para encontrarse con brutales paradojas. Paradojas en
donde el fondo es figura y la figura, fondo. Una poesía que toca nuestras
obsesiones de un modo casi alarmante y que nos hace volver sobre el poema una y
otra vez. Una poesía en donde los polos parecen tocarse, se sacan chispas, se
dan estocadas, se indagan...,se baten en un duelo interminable, como
interminable es el goce y el movimiento. Una poesía que te golpea como una piña
del Mono Gatica. Que te golpea, te fisura pero a la vez te acaricia con una
sensualidad que te resbala por la piel. Una poesía que te duele y que te
conmueve, parecido a lo que se siente cuando se escucha el himno o un tango en
otro país. En fin, una poesía para hedonistas, para mazocas y para locos...como
yo.
Diciembre 2009
Muy bueno, Amelia, esto de encontrarte en otro sitio, y desde otro lugar diferente al de la poesía sino, inesperadamente, comentando al amigo Rolando. Abrazos, Lina
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