Despojo
Me
robaron la brisa
y
el atardecer solitario,
descansar
junto al ocaso,
bañarme
de amaneceres
junto
al suspiro de las hojas,
el
cuerpo entregado,
los
instantes de silencio,
los
torrentes de sueños,
y
el gorjear dulce y tímido
de
tantos, tantos pájaros.
Todo
mi deleite
el
botín del extraño.
Cuánto
me han robado
no
lo sabré nunca.
Está
todo marcado
en
mis sienes cansadas,
y
las huellas permanecen,
las
heridas supuran,
el
perdón nunca alcanza,
y
no olvido ni un capullo
ni
un latido,
ni
nada.
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