miércoles, 20 de abril de 2016

Milagro Haack (Cuento)-Venezuela/Abril de 2016



El marido de Petra


Su luna de miel fue un largo escalofrío.” Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia.”
Horacio Quiroga


Está ya buena para cocinarla, está ya bien gordita y crecidita, así que para las fiestas de pascuas la tendremos sobre la mesa adobadita, como lo hacía Purita. Quién es purita, mujer, la muchachita que nos mandó mi madre de los Andes para que te ayudara, y me hiciera las arepas andinas que jamás pudiste aprender hacer. Purita que pensaba que iba a estudiar, que era bueno salir del pueblo donde las flores son grandes como sus sueños, y dónde está. Nos está trayendo el aire puro, camina calladito, ni se siente, cómo la has podido olvidar.

La mujer se puso de pie, y dijo cuanto tiempo he estado aquí; desde que llegó Purita, lava, plancha y ahora esta bien crecidita, está lista para cocinarla, pero esperaré a las fiestas de pascuas para parecerme a un buen americano, criado por una buena madre, no como tu pensabas, que por dormir en su hamaca ya le estaba haciendo daño.

Petra, era persona ingenua, de los Andes también, de un pueblito llamado, Piedras Blancas y pensaba que todos eran igual que sus pensamientos, puros y nobles, hasta que se casó con un buen capitalino de Peraza, no siendo -la viuda, que sepa coser, que sepa lavar y que ponga la mesa en su santo lugar- cantando, llegó Purita otra indocta pero de Potrerito.

Libro inédito: La carta de pasar en silencio (Pretextos)

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