El marido de Petra
“Su luna de miel fue un largo escalofrío.”
Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas
niñerías de novia.”
Horacio Quiroga
Está ya buena
para cocinarla, está ya bien gordita y crecidita, así que para las fiestas de
pascuas la tendremos sobre la mesa adobadita, como lo hacía Purita. Quién es
purita, mujer, la muchachita que nos mandó mi madre de los Andes para que te
ayudara, y me hiciera las arepas andinas que jamás pudiste aprender hacer.
Purita que pensaba que iba a estudiar, que era bueno salir del pueblo donde las
flores son grandes como sus sueños, y dónde está. Nos está trayendo el aire
puro, camina calladito, ni se siente, cómo la has podido olvidar.
La mujer se
puso de pie, y dijo cuanto tiempo he estado aquí; desde que llegó Purita, lava,
plancha y ahora esta bien crecidita, está lista para cocinarla, pero esperaré a
las fiestas de pascuas para parecerme a un buen americano, criado por una buena
madre, no como tu pensabas, que por dormir en su hamaca ya le estaba haciendo
daño.
Petra, era
persona ingenua, de los Andes también, de un pueblito llamado, Piedras Blancas
y pensaba que todos eran igual que sus pensamientos, puros y nobles, hasta que
se casó con un buen capitalino de Peraza, no siendo -la viuda, que sepa coser,
que sepa lavar y que ponga la mesa en su santo lugar- cantando, llegó Purita
otra indocta pero de Potrerito.
Libro inédito:
La carta de pasar en silencio (Pretextos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario