Belleza Nómade
· Cuando reconozco un punto en el desierto, ese punto lo cubre todo.
· Entrar, salir, volver a entrar. Así se gestó el otro laberinto.
· Nada me restituye más que mis propias cavilaciones.
· Quien crea, algo de él está matando.
· En el hospicio la vida pasa, como si no pasara. Como a veces nos ocurre, fuera del hospicio.
· Hay flores que al morir, merecen una buena sepultura.
· Sueño, y ese gran esfuerzo me consume.
· La niebla esconde otra niebla. Como la vida.
· La poesía no es posesión de nada ni de nadie.
· La palabra que ha perdido encanto se pierde entre las aguas del silencio.
· El mar arrastra todo pero nos devuelve la memoria.
· En la esencia de las cosas está la vida, pero sólo la forma del poema desnuda el lado obscuro de esa vida.
· Una casa con plumeros descree de su propia historia.
· Sólo recuerdo fragmentos de lo vivido, y me parece recordarlo todo.
· Revoloteaba la mosca y se estremecía el mundo. Ya no revolotea la mosca ni tampoco se estremece el mundo.
· Mi pereza de hoy no es igual a la pereza de ayer. Arrastra su carga.
· Una herida no reconoce otras heridas.
· Los secretos del alma no toleran huéspedes.
· Toco la piedra y su dureza me recuerda a este mundo.
· Ya no volveremos a soñar el mismo sueño y eso es bueno.
(Del libro “Belleza Nómade”, de Luis Raúl Calvo, Ed. Generación Abierta, 2007)
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