¡ME VOY!
La partida… de nuevo la partida
-¡Me voy!
Las voces en el patio continúan cruzándose, desde aquí no logro entender qué dicen.
¿Se escuchan acaso ellos?. …Y siguen hablando.
No hay respuesta. No hay respuestas a mis preguntas, al menos no son las que yo espero.
Me olvido de Pochie, mi cuidado perrito bebé, compañero. (Vuelvo a buscarlo).
Lali me dijo que cuando estás enamorada (y ella sabe mucho del amor, tuvo como cuatro novios) te olvidás de todo, dejás libros sin terminar de leer, no encontrás la ropa que dejás abandonada en algún rincón.
-¡Me voy!
Huyo de los miedos que me persiguen. Mamá y sus temores de un mundo peligroso. Pero si para mí el mundo es un territorio nuevo que deseo recorrer, mirarme en ojos que no me conocen, deseosa de aventuras. Y también en los ojos de Edu, que me esperan.
-¡Me voy!
Dejo atrás los cuadernos escondidos en mis cajones, no los olvido pero me desprendo de ellos. Duele la separación de todo aquello que he amado. Deseada pero dolorosa.
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-¡Me voy!
Y sólo se escucha Mozart. Siempre esperás algo de mí que no llega, tu deseo me quiere marcar a su medida, sin reconocer la mía. Yo desobedezco los mandatos, no hay contornos limitados que estrechen mi camino.
(Tengo que acordarme que soy sensible a los halagos, voy a escribirlo en mis notas)
- ¡Me voy!
Si pudiera llevarme en un cofrecito conservados los instantes de paz, como un son-son de gotitas de agua, para despertarme por las mañanas con el sonido de los mejores recuerdos… Esos momentos tibios compartiendo la arena y la cama.
Pero las lágrimas no quieren salir. Que se queden con él la música y los silencios.
-¡Me voy!
Malherida. Aunque las heridas no lastiman tanto como la soledad.
Quisiera tener unos ojos bien grandes para verlo todo…asombrarme como la primera vez, intacta la fe, el asombro, las ganas.
Así quiero perdurar.
Así quiero irme.
¡Me voy!
1 comentario:
Aunque uno quiera irse, siempre está el dolor de la partida.
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