La montaña
Una espesa niebla envuelve la
sierra, el frío pegajoso asciende del fondo del lago. Ese año decidimos hacer
el viaje al sur con el objeto de pasar más tiempo en familia. Somos siete,
nuestros padres y nosotros. Levantamos la carpa en una planicie alta, lejos del
lago y protegida por el cerro gris, cubierto de pequeñas coníferas resinosas.
Éramos los únicos acampantes y al
repartirnos las tareas para realizar a mí me tocó buscar el agua dulce para llenar los tachos
que nos abastecerían durante la semana.
Comencé a buscar el río que volcaba
sus aguas en el lago, caminé montaña arriba para encontrar la vertiente, cada
vez se hacía más duro el ascenso, el aire comenzaba a faltar y al darme vuelta
las carpas eran una pequeña mancha gris en el tapiz verde limón. Tuve que parar
un momento, dejar los bidones y afirmarme en una gran piedra para tomar aire,
puse mi mano en la roca firme…un destello imperceptible y una especie de
burbuja fluctúa graciosamente ante mis ojos, se abre una puerta en el mismo
aire, entro y al hacerlo mis piernas, mi cuerpo se tiñe de un azul intenso…
Camino en el micro espacio, soy un
ser azul, sin peso suspendido en un espacio azul paralelo en una realidad
tridimensional, los bidones quedaron fuera de la burbuja…
Comienzo de nuevo a caminar por un
espacio desconocido y llego a una serie
de árboles que reconozco , coníferas gigantes, las ramas tienen una
longitud extraña, las hojas de un verde metálico respiran, hacen el movimiento
de la respiración humana, sigo y me siguen las hojas, se vuelven cuando paso a
su lado, toco sin querer el tronco leñoso y un calor animal eriza mi
piel…intento volverme pero un sonido hueco de galope me atrae, detrás de un
arbusto un joven unicornio come el musgo de las piedras, inmediatamente levanta
su cabeza y desde una flor aérea del árbol se desliza, una criatura delgadísima
y azul, su cara surcada por líneas tatuadas o pintadas, no logro distinguirlo,
sus ojos negros se pierden en el tatuaje azul que se mueve al ritmo de su respiración
Me mira y extiende sus manos
delgadas y cálidas, completamente azules, las palmas en vertical me obligan a
extender las mías, _ quizás es un saludo _ pienso en silencio. Al contacto mi
aura se empalma con la de ella y una luz blanquecina parpadea intermitente,
generando un vacío de imágenes, en mi conciencia veo el origen del pueblo azul
y sin dudas en su mente está mi vida, toda,
en una milésima de segundo…
De repente se aparta y las auras se
repliegan, me lleva mentalmente hacia la montaña, allí donde está la vertiente,
toco y bebo el agua purísima y azul, miles de burbujas oxigenadas pasan a mi
torrente sanguíneo y descubro sus propiedades sanadoras.
La criatura me habla con sus ojos,
me pasa el legado ancestral del pueblo para el cuidado y protección del agua,
me acompaña a la puerta transparente, salgo y veo en mi realidad, la vertiente
contaminada por sustancias radioactivas, entro a la burbuja y la criatura azul
me transfiere un chip con las instrucciones para la descontaminación…
De repente…parece que he despertado
de un sueño, vuelvo sobre mis pasos, el aire puro desordena mis cabellos, me
miro la piel, soy yo, nuevamente yo. Camino hacia la vertiente y con una fuerza
sobrehumana e irreconocible me deshago de la basura nuclear tal cual me fuera
indicado por la criatura, camino hacia el dispositivo de compactación, la
introduzco y un sonido metálico me indica que el proceso
ha sido realizado, mientras comienza a
brotar el agua de las piedras azules…
Comienzo a bajar la montaña, ya
recuperado mi aliento camino a toda prisa. Trato de llevar los bidones con el
agua al campamento lo más rápido posible, mis manos se mojan, me seco con el
puño de mi camisa, en mis palmas, allí donde la criatura puso sus manos, está
ella, la mancha azul, bien definida, la mancha viviente, respirando
acompasadamente, las líneas tatuadas del ser azul.
Regreso a mi presente ya
transformado, el tatuaje de las manos comienza a tomar todas las partes de mi
cuerpo, ya soy un guardián…
Mi familia no se da cuenta, el
tiempo no ha pasado, pero en mi subconsciente sigue hay un deseo de salvar el
oro azul.
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