SIEMPRE
FUE ASÍ
Mi encuentro con
René
A René Favaloro.
Me fui
arrimando
(como hace el viento)
de
zapatillas blancas
sin cordones
con la
cara lavada
cuál
invierno sin rosas
y las
rodillas duras
del
frío mañanero.
Vos te
quedaste mirando
con tus ojos de ensueño,
preguntando:
¿No
quedan calles
con adoquines de barrio?
El
encuentro fue uno más
el de
todos los días
en la parada gris,
-la de cara lavada-
con
lamentos de estrellas
y
reclamos al aire.
Del
libro – DESOLADO
50
Poemas y ninguna flor
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